Missing, en España, "Desaparecido", optó en la ceremonia de los Oscars de 1982 a cuatro estatuillas. Estaba también nominada a la de mejor película, pero al final fue galardonada con el premio de mejor guión adaptado. Es una historia de bajada a los infiernos, al fondo, a los suburbios del ser humano. Una película que muestra una luz de dignidad en un túnel oscuro, muy oscuro.
Quizás en estos tiempos de inoperancia política, o más bien operancia en favor de un interés partidista, totalmente desprovisto de decencia, y que además es síntoma de estupidéz humana y social. Vivimos aletargados, faltos de libertad, en la cultura del miedo y el oscurantismo político y social.
Mentiras, amaños, ocultamiento de datos... La verdad y el ciudadano no importan si todo lo demás sirve para saciar los intereses de unos pocos hombres sin escrúpulos.
Esta sociedad es la que muestra Costa Gavras en Missing. Un alegato contra el poder mal entendido. De unos hechos que nunca debieron suceder, y como sucedieron, no se nos podrían olvidar en la vida.
El cineasta griego, toma como punto de partida, la novela de Thomas Hauser, inspirada a su vez en hechos acaecidos realmente, durante el golpe de estado de Pinochet en Chile.
Curiosamente, el golpe de estado coincide con un once de septiembre, quizás un paralelismo un poco macabro a tenor de los acontecimientos futuros.
No cabe duda que nos encontramos ante un filme de corte político, de los que proliferaron en la época de los sesenta y sententa. El filme tiene un carácter marcadamente reivindicativo y comprometido con posturas izquierdistas.
Imaginaos el impacto de esta película, que supone la primera incursión del director en el cine americano, y asía de buenas a primeras, escoge un guión que implicaría la participación encubierta de la CIA en el golpe de estado de Pinochet.
Si os fijáis, esto es una bofetada en toda regla al americano medio, que lo pone ante un choque cultural enorme. Jack Lemon, es un americano medio, que se enfrenta ante una realidad sórdida que no puede comprender, puesto que piensa que todo el mundo es norteamericano y que su sistema legal, sus valores, ideales y derechos son dignos de honrrar en el mundo entero. En este sentido, la interpretación de Lemon es magistral. No puede concebir que ciertas situaciones pasen en el mundo, y ve como su sistema de valores se va desmoronando y diluyendo, acabando por comprender el horror que estaba viviendo su nuera, que interpreta la actriz Sissy Spacek.
Los perjuicios iniciales, quedan aplastados, devastados, tras descubrir la brutal realidad de su situación.
Horman, el personaje que interpreta Lemon, tiene un cambio gradual impresionante, desde su arrogancia inicial, cuando pensaba que él sólo sería capaz de arreglar un problema de tal magnitud como la desaparición de su hijo. Desde su indignación inicial, por pensar que la burocracia chilena no tenía verguenza ni honor, sobre todo en el trato con su propio país y cara a su propia persona. Hasta el hastío de descubrir lo equivocado que estaba, lo que había herido a los demás con su prepotencia y por último, la negación de autosuficiencia, reconociendo ante su nuera la impotencia que sentía, lo estúpido que había sido y le pide perdón.
La verdad es que esta interpretación pone los pelos de punta, así como toda la película, recomiendo que no digáis nada cuando la veáis, y tampoco preguntéis más de la cuenta antes de verla.
Para mí, la considero una joya del cine, porque aún hoy sigue conmoviendo a la vez que profundiza en nuestra necesidad de indiganción y llamándo a la revolución pasiva, Hesse, el autor de "Indignaos" estaría orgullosa de ella.
Es interesante también remarcar el drama personal que destila la película puesto que entre otras razones, era la premisa y el objetivo que buscaba el director con esta película. Se entenderá mejor, cuando os diga que la mujer de Costa Gavras, de profesión, periodista, fue secuestrada por el Vietcong, cuando se encontraba cubriendo una noticia. Afortunadamente, para Gavras, todo se saldó con un susto, puesto que fue liberada a las cinco semanas.
Yo creo que esa experiencia, marcó un poco el devenir del director. Además, en esta cinta, se demuestra la maestría de esa experiencia puesta detrás de la cámara. En este sentido, el director, al mismo tiempo que fascina, exaspera. Permanece en la memoria, esa mezcla de sentimientos que te dejan derrotado y al mismo tiempo te edifican. Es una sensación rara, confieso que es algo que por suerte no ocurre cuando me dispongo a ver muchas cintas, pero que cuando aparece sólo puedo dar gracias.
Además guarda un tema enormemente bello, y es la relación de un padre y un hijo, rota por las ideas políticas y las diferencias generacionales, que ante la adversida se vuelven a unir, esta vez, parece que el hijo pródigo es el padre.
Como anécdota, recalcar que esta cinta, estaba preparada para ser exibida en una muestra del American Film Institute, pero a última hora fue cancelada por considerarla inapropiada, Ahí es dónde los miembros de la academia que llevo criticando tanto tiempo, se retratan, se hacen un traje a medida.
No cabe duda que nos encontramos ante un filme de corte político, de los que proliferaron en la época de los sesenta y sententa. El filme tiene un carácter marcadamente reivindicativo y comprometido con posturas izquierdistas.
Imaginaos el impacto de esta película, que supone la primera incursión del director en el cine americano, y asía de buenas a primeras, escoge un guión que implicaría la participación encubierta de la CIA en el golpe de estado de Pinochet.
Si os fijáis, esto es una bofetada en toda regla al americano medio, que lo pone ante un choque cultural enorme. Jack Lemon, es un americano medio, que se enfrenta ante una realidad sórdida que no puede comprender, puesto que piensa que todo el mundo es norteamericano y que su sistema legal, sus valores, ideales y derechos son dignos de honrrar en el mundo entero. En este sentido, la interpretación de Lemon es magistral. No puede concebir que ciertas situaciones pasen en el mundo, y ve como su sistema de valores se va desmoronando y diluyendo, acabando por comprender el horror que estaba viviendo su nuera, que interpreta la actriz Sissy Spacek.
Los perjuicios iniciales, quedan aplastados, devastados, tras descubrir la brutal realidad de su situación.
Horman, el personaje que interpreta Lemon, tiene un cambio gradual impresionante, desde su arrogancia inicial, cuando pensaba que él sólo sería capaz de arreglar un problema de tal magnitud como la desaparición de su hijo. Desde su indignación inicial, por pensar que la burocracia chilena no tenía verguenza ni honor, sobre todo en el trato con su propio país y cara a su propia persona. Hasta el hastío de descubrir lo equivocado que estaba, lo que había herido a los demás con su prepotencia y por último, la negación de autosuficiencia, reconociendo ante su nuera la impotencia que sentía, lo estúpido que había sido y le pide perdón.
La verdad es que esta interpretación pone los pelos de punta, así como toda la película, recomiendo que no digáis nada cuando la veáis, y tampoco preguntéis más de la cuenta antes de verla.
Para mí, la considero una joya del cine, porque aún hoy sigue conmoviendo a la vez que profundiza en nuestra necesidad de indiganción y llamándo a la revolución pasiva, Hesse, el autor de "Indignaos" estaría orgullosa de ella.
Es interesante también remarcar el drama personal que destila la película puesto que entre otras razones, era la premisa y el objetivo que buscaba el director con esta película. Se entenderá mejor, cuando os diga que la mujer de Costa Gavras, de profesión, periodista, fue secuestrada por el Vietcong, cuando se encontraba cubriendo una noticia. Afortunadamente, para Gavras, todo se saldó con un susto, puesto que fue liberada a las cinco semanas.
Yo creo que esa experiencia, marcó un poco el devenir del director. Además, en esta cinta, se demuestra la maestría de esa experiencia puesta detrás de la cámara. En este sentido, el director, al mismo tiempo que fascina, exaspera. Permanece en la memoria, esa mezcla de sentimientos que te dejan derrotado y al mismo tiempo te edifican. Es una sensación rara, confieso que es algo que por suerte no ocurre cuando me dispongo a ver muchas cintas, pero que cuando aparece sólo puedo dar gracias.
Además guarda un tema enormemente bello, y es la relación de un padre y un hijo, rota por las ideas políticas y las diferencias generacionales, que ante la adversida se vuelven a unir, esta vez, parece que el hijo pródigo es el padre.
Como anécdota, recalcar que esta cinta, estaba preparada para ser exibida en una muestra del American Film Institute, pero a última hora fue cancelada por considerarla inapropiada, Ahí es dónde los miembros de la academia que llevo criticando tanto tiempo, se retratan, se hacen un traje a medida.