domingo, 19 de septiembre de 2010

TRAINSPOTTING



Una de las películas más polémicas y comentada de los noventa. Ofrece una imagen de Edimburgo y de la adicción a la heroina que nunca ha sido igualada.
La cambiante fortuna de Renton, Spud, Tommy, Begbie, Sickboy y Diane nos lleva por el triunfo y la tragedia, y de ésta a lo que podría ser el golpe de su vida: dos kilos de su vieja amiga, y alguien que quiere comprarlos...
Este film obtuvo un importante éxito de taquilla, tanto por su verborrea politicamente incorrecta como por su desparpajo y su espiritu rebelde. La película aprobecha la más que novedosa forma de tratar el mundo de las drogas desde un punto de vista, distanciado. No afronta el problema de las drogas en sí, ni hace drama ni tampoco lo convierte en una fábula con moraleja, de hecho, no demoniza las drogas, si no todo aquello que las rodea. Se centra en las relaciones de aquellos dependientes, sus necesidades y sus defectos, sus aspiraciones y sus frustaciones diarias. La película tiene un mensaje social, pero está insertado de tal forma que no parece cantoso ni aleccionador de pacotilla.



La novela de Irvine welsh, de título homónimo a la película provocó un boom en el mundo editorial, por su visión fresca de las connotaciones del consumo de heroina. Además, el texto posee una gran frescura, ¿quién no se acuerdad de la parrafada inicial de transpotting, es tan buena que siempre quedará en la mente de nuestra genración adolescente, yo soy del naranjito.
Se convirtió en un icono generacional, gracias a su estilo cuidado y a su aspecto y estilo trepidante, en el que alternaba secuencias adrenalínicas como la de la persecución o la del sueño alucinógeno del bebé colgado del techo. Junto con el ritmo de montaje que también conjugaba congelaciones con una banda sonora rompedora. Esta unión de items potenciaba la película hasta cotas altísimas, todo se junta para hablar de una nueva estética, un nuevo camino por el que transcurrir. No hay que olvidar que un año antes, la comedia británica que triunfaba era “Cuatro bodas y un funeral”. Con esto no quiero decir que Trainspotting sea una comedia al uso, porque no lo es. Tiene sus propias tragedias, como que una madre pierde a su hijo por una dejadez fruto de la dependencia de la droga, o un deportista que cae en la consumición y su vida se destroza hasta la muerte. Aún así, la cinta es tan descarada en su mensaje y en su fin que nos hacer reir con sus absurdas y desternillantes situaciones.



En ese sentido, no permite que las risas nos distraigan del mensaje, que lo disfraza por debajo, pero tampoco permite que la tragedia domine y guie a sus personajes por caminos más éticos para nuestro descanso moral. Danny Boyle, el director, deja libuertad de elección, de libre albedrio, sin censuras, sin perjuicios, ni juicios de valor. Las propias elecciones de los personajes los llevan al abismo más profundo, como el caso de Tommy o a la redención en el caso de Renton. Luego hay otros como Spud, que siguen sin inmutarse en el torrente proceloso de la vida.
El formulismo narrativo nos dice que lo que mal empieza mal acaba, pero no funciona así en esta película que rompe moldes, porque a un personaje que la sociedad aborrecería por vago, por dependiente, por anormal, o por despojo social, en esta película adquiere un carácter humano, se le coje cariño y hasta alguno se alegra de que le vayan bien las cosas, es el caso de Spud. Spud, en los años 50 nunca habría podido ser un personaje reflejado en el cine.



No sólo este personaje está vacio de vida, que por lo general lo están todos en esta película, en cierto modo, hasta el final, Renton no encuentra sus motivaciones reales. Tampoco creo que sean muchas ni muy grandes, pero tan sólo diría que no le gustaba la idea de invernar comatoso delante de una vida inundada por la droga. Uno de los puntos que poca gente conocerá es la intención del título y su imposibilidad de traducción. El asunto es que es un término inglés que denomina la afición de ver pasar los coches, como el anuncio del (giropaaaaaaa...) en España. Esta afición es bastante descriptiva de lo que supone la vida de los personajes. Además hay una escena en la que pretenden hacer algo, dar una caminata hasta unos parajes en medio de la naturaleza, pero su escasa fuerza de voluntad y su eterno odio a los Ingléses, a los que creen sus colonizadores, pues la película se ambienta en Edihmburgo, les hace incapaces de emprender ninguna empresa, con lo que la lógica consecuencia es ponerse a hacer Transpotting.
Al final, el protagonista se encuentra que seguir a la masa es muy fácil, pero se encuentra ante la dualidad de hacer lo que todos hacen o hacer lo que debe.



La película, suscitó un montón de controversia, pues de muchos puntos llegaban críticas que enfatizaban la sensación de que la cinta incitaba al consumo de drogas. Las críticas más fuertes, se produjeron por la escena explícita donde se ve como se clava la jeringa en la vena del brazo y posteriormente hay una sucesión de imágenes a cámara lente, donde se puede ver como desde dentro, la droga se va inoculando en el organismo, todo esto con una música envolvente. Yo pienso que está claro que se quería recalcar la sensación placentera real que experimenta un adicto, no por intentar realzar el mercado de la heroina. La película no la ven menores de 12 o 13 años, con lo que creo que el criterio adulto debe prevalecer.
Sin querer crear polémica, la cinta fue elegida como una de las cinco mejores de toda la historia de la filmografía británica.
Trainspotting, posee una banda sonora muy acorde con el tema y lo que pretende, con autores como: Iggy Pop, Brian Eno, Primal Scream,Lou Reed y más.

Sin duda, hay un ciclo, como un bucle argumental que empieza con el monólogo de la primera escena y recorre toda la película, nos presenta el carácter de una generación que comenzaba a relativizar y conocer mejor los peligros de la droga. con él os dejo.
 


-Renton- “Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige buena salud, colesterol bajo y seguro dental. Elige hipoteca a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos. Elige bricolaje y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver teleconcursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura. Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro. Elige la vida… ¿pero por qué iba yo a querer hacer algo así? Yo elegí no elegir la vida: elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?”.

martes, 14 de septiembre de 2010

CLEOPATRA



He aquí otro título mítico de Hollywood, además se presta para comentarios de todo tipo, dentro y fuera de lo que fue la propia cinta. Costó 35 millones de dólares, cifra que aún teniendo en cuenta la inflación, es una verdadera salvajada para 1963. Fijaos, la producción se prolongó durante cinco largos años, costó la dimisión de un director y del presidente de la Fox, por aquel entonces, el griego Spyros Skouras. El proyecto fue un descalabro y un despropósito desde el principio, estuvo a punto de undir la FOX, Liz Taylor en Europa y Marilyn Monroe en Estados Unidos, atravesaron por problemas de salud, que cuartaron y retrasaron enormemente las producciones que ya no se podían volver atrás por lo desorbitado de los estipendios de las actrices y los elevados presupuestos.
La risa, es que cuando le presentaron el proyecto a Skouras, solo suponía dos millones de dólares, en 1958. Podéis imaginar porqué, esta película logró crear ampollas importantes dentro de la compañía. Es una risa lo de los dos millones, porque en 1960, cuando se empezó a rodar, el caché que exigió la Taylor era de 1 millón de dólares, y… Curiosamente, aceptaron sin más.



Estas decisiones que a la larga se juzgaron perjudiciales, en esa época, eran hasta justificables. Pues si alguna de las actrices que disponía la FOX sería mejor que la Taylor para el papel, que venga ahora y me lo diga. Tampoco fueron pocas las actrices que optaron a el, y por supuesto por menos caché, infinitamente menos. En esto consiste la prestancia de las grandes estrellas, que no solo vale con valer, si no ser conscientes de que se vale. Como si empezase un juego de tira y afloja, Liz Taylor comenzó a armar sin querer la personalidad de la cleopatra que luego abordaría Mankiewicz, en lo que fue la mano de obra definitiva. Sobra decir que Liz Taylor está impresionante en su papel, aunque la crítica de la época hizo una valoración más bien tibia de la película, y defenestró a Burton y a Taylor, el único que se salvó de la quema fue Rex Harrison, hoy en día podemos afirmar que de vez en cuando la crítica especializada es burda y tonta como las masas a las cuales critica.
En 1958 el productor Walter Wanger, presenta el proyecto a Skouras, en aquel momento, ni el poductor sabía que era un proyecto que le ocuparía cinco años, ni que sería el más costoso de la historia, ni que tendría que cambiar por completo al reparto original, ni que se arruinaría el plan de rodar en cinecittá, roma. No sabría que tendría que trasladarse toda la producción a Inglaterra, que Liz Taylor caería gravemente enferma y los periodicos habrían llegado a publicar su deceso, en fin, no sabía muchas cosas. Para resumer, Walter Wanger, era en 1958 un ignorante de todo lo que se le venía encima.
Mamoulian fue el primer director que se puso al frente. Las primeras opciones para el reparto, era Joan Collins como reina de Egipto, pero Wanger quería a toda costa a Liz Taylor y no cejó en su empeño. Para el papel del cesar y de Marco Antonio, se pensó en Lawrence Oliver y Richard Burton, pero Oliver rechazó el papel y el estudio no quería sólo a Burton sin ningún contrapunto, además por aquel entonces ya era vox populi su apego a la botella. La búsqueda continúa. Finalmente se optó por que Peter Finch hiciese el papel de Cesar, y Stephen Boyd, que se dio a conocer por Mesala en Ben-Hur, hicese el rol de Marco Antonio. Este iba a ser el reparto definitivo que iniciaría el rodaje en Roma.



La fatalidad de la producción comienza en Roma, pues las olimpiadas se celebraban en Roma ese año y no le podían garantizar la estancia a todo el equipo ni insonorizar los estudios a tiempo, con lo que en una solución de urgencia, teniendo en cuenta los calendarios de todos los actores principales se optó por un rápido cambio. La producción se desplazaba a Londres, con el gasto que conllevaba y el tiempo perdido, y lo más importante, se habían gastado ya la friolera de unos diez millones de dólares sin haber filmado ni el primer minuto. Skouras, ya se estaba riendo en su despacho del estudio, de aquellos dos millones de dólares.
Bueno, entre papeleo, permisos, montaje, decorados y cosas varias aún se demoró todo unas semanas más. Para más calamidad, se comenzó bien entrado el otoño inglés, pero claro, tenían que simular ropa egipcia, con lo que muchos actores enfermaron y lo más importante, Liz Taylor cae gravemente enferma. Padece meningitis.
Mamoulian, no tuvo más remedio que esperar, pero era algo desesperante, porque la verdad es que solo había grabado diez minutos aprovechables. Pero la situación era insostenible, en Enero, con Liz Tayler aún convaleciente, Mamoulian dimite.
El panorama era desolador, pues llevaban medio año de la producción y 4 meses de rodaje, y prácticamente no había nada. Mankiewicz pide una demora de unas cuantas semanas, un mes, para remodelar el guión. La gente en los estudios no estaba por la labor de perder más tiempo, le dieron unas semanas, no llegó al mes, y hubo de empezar antes de tener el guión acabado. Rodaba de día y de noche trabajaba en el guión. Su trabajo dotó a la película de esas frases tan mordaces característica principal del director. También dotó al guión de orden y coherencia, porque en realidad, además de ser un cineasta, Joseph L. Mankiewicz era un sobresaliente escritor. Estas dotes le valieron la elección para la película, pues no era el candidato ideal para realizar un film épico, según los estudios, fue elegido, porque ya había trabajado con Taylor, eran buenos amigos y necesitaban que ella se recuperase tanto física como anímicamente. Además era un excelente escritor, y el trabajo de producción en referencia al vestuario, escenas coreografiadas, ambientación y más cosas pertinentes a una obra de este calibre ya estaban calculadas desde la época de Mamoulian.
Los actores por problemsa de agenda tuvieron que ser remplazados, con lo que lo grabado anteriormente, no servía de nada, ni siquiera las pruebas de cámara. Como ya se tenía las de Burton y estaba libre lo contrataron para Marco Antonio y le pusieron el contrapunto con Rex Harrison.



Por marzo acaeció una nueva desgracia, porque Taylor volvía a caer enferma de gravedad, el diagnóstico era neumonía. Tenía que ser operada a vida o muerte, de hecho la prensa americana llegó a publicar su deceso. Mientras todo esto pasaba, se decidió volver a Roma, pues era muy complicado recrear el caluroso Egipto en la invernal Inglaterra. Además, no es pertinente que los egipcios al hablar desprendan bao. Todos estos inconvenientes, y las repetidas enfermedades, no sólo de la Taylor si no también del equipo hizo que se acelerara el traslado.
Todo había vuelto al principio, con un año perdido. La gente en los despachos estaba que trinaba, sobre todo para el presidente, el sempiternamente sonriente Skouras. Al final, se le acabó también por borrar la sonrisa. Dimitiría, en su lugar se puso Zanuck al frente de la FOX.
Mankiewicz debía ir contrareloj, también su salud se resentía. Exigía al cuerpo a levantarse a las 6,00 de la mañana y acababa por lo gerneral a la 1,00 o 2,00 de la madrugada. Un día llegó a afirmar que “Cleopatra fue concebida en situación de emergencia, rodada en estado de histeria y terminada con pánico ciego”. De hecho la idea de Mankiewicz, cuando posteriormente se encontró con tantos minutos, fue la de dividir la película en dos estrenos. Uno en el que se habla de la historia de Cesar y otra en la que se habla de Marco Antonio. Había más de seis horas y podían hacer dos de tres horas, eso sí habría que cambiar los finales de cada historia, para darle un poco más de interés y un sentido propio y único a cada una, aunque luego se unan en un conjunto global. Eso significaría gastar un poco más, pero...¿Que suponía uno o dos millones más después de haberse gastado casi cuarenta? Esta propuesta podía colar con el griego, pero con Darryl Zanuck ni de broma. En cuanto vio el metraje de las seis horas, Zanuck hizo un montaje de cuatro horas, que fue el que prevaleció. Nunca sabremos como sería el montaje del gran Mankiewicz.



Tiempo después Zanuck dijo que no podía arriesgarse en la idea del director, pues la FOX, si no resultaba la película después del enorme despilfarro, con esta película se redescubrió lo que era una inversión faraónica, la empresa quedaría en la bancarrota más absoluta, tendría que declararse en suspensión de pagos. No podía ir sin toda la carne en el asador a dos películas, porque si no funcionaba la primera, la segunda sería el metraje adicional más caro de la historia del cine.
Otra de las historias tangenciales a esta película, es que la relación entre Cleopatra y Marco Antonio, no era muy diferente a la que mantenían Richar Burton y Elizabeth Taylor. Los dos casados respectivamente, se enamoraron locamente en Roma, pero era tal la pasión desbordante, que no pudieron ocultarlo y la presa se lanzó como ave carroñera. Salían noticias por todos lados, y de toda naturaleza. La prensa italiana llegó a publicar, que Burton era un simple títere, que la verdadera relación amorosa era entre la estrella y el director, que ya se habían conocido mucho tiempo atrás. En una rueda de prensa multitudinaria, Burton respondió a la prensa preguntando a Mankiewicz, ¿También esta noche tendré que dormir con ella?. Fué un comentario colosal, pero Burton se vió sorprendido por la repuesta del director, que dijo: En realidad, la celestina e incubridora es Taylor, porque Burton y yó nos amamos locamente” después de esto le dió un beso al actor en la boca.


martes, 7 de septiembre de 2010

LOS MEJORES DIRECTORES_PARTE_4




CLINT EASTWOOD… CONTINUACIÓN.

Perdonad que los post de directores sean como entregas de novelas policiacas, sé que es un fastidio, pero pido un poco de comprensión porque para mí, escribir en este blog supone un hobbie, y no puedo dedicarle todo el tiempo que quisiese. Como podeis comprobar, estos post son de naturaleza más amplia, con lo que me cuesta un poquito más el dedicarme a ellos. Quise hacerlos casi seguidos, los de Clint Eastwood, pero como vi que no llegaba puse unas cuantas pelis por medio. Además como veo en el contador de visitas, ya sois unos cuantos los que leéis el blog, eso ya es motivación suficiente como para continuar.

Gracias a todos y espero que os continue gustando.

Como iba diciendo en el anterior post, la crítica feroz de Paulin Kael, del “New yorker” causó tanta impresión en Clint Eastwood, que hizo leer el texto entero a un psicoanalista para que le pudiese ayudar. Yo no sé si el psicoanalista le ayudó o no, lo cierto es que a partir de esta época Eastwood tomará las riendas de su destino, emprenderá una cruzada con mayor o menor suerte en pos de cambiar esa imagen e intentar por todos los medios que lo valoren por su talento artístico.

 DETRÁS DE LAS CÁMARAS Y EN LOS DESPACHOS.

Una de las primeras iniciativas sería meter baza en el guión de “Harry, el fuerte”, segunda película de la saga del policia. Como en la primera película, el inspector Callaham, un tipo duro sin demasiados escrúpulos, lucha contra el crimen pero a su manera, y digamos que no era una forma muy limpia de erradicar el crimen. En esta segunda, Callaham se distancia del justiciero rabioso y se diferencia de los criminales con lo que podríamos denominar como un código que va humanizando al personaje. Se lo podía permitir porque él era el alma de la producción, esa aurea de duro le sirvió para conseguir el papel, hasta entonces no le fue mal, pero era hora de cambiar y Harry era la clavija. John Wayne desechó el papel antes de que se lo ofreciesen a Eastwood, luego se arrepintió, pues Harry creó escuela, otras cintas imitarán su estilo, “Arma letal”, aunque ninguna guarde ese toque rebelde como Harry. Luego John Wayne quiso enmendar el roto fabricando ese bodrio de “Brannigan”.


Parece que el paso de tomar las riendas le gustó a Eastwood, había formado anteriormente una sociedad de producción llamada “Malpaso”, seguro que la conoceis porque se conserva hasta nuestros días, aún las películas de Eastwood como “Gran Torino” llevan la factura de esta sociedad de producción. La sociedad viene funcionando desde 1967, vamos que lleva casi 45 años haciendo cine, ahí es nada.
Las cosas empiezan a cambiar, pero aún es reconocido por facha, y tiene fama de misógino y machista a raíz de las pelis de Leone. No era verdad, pero a Eastwood todo esto le encabronaba. No sé si siempre tomó la opción más inteligente, porque cada proyecto que emprendía, era como la reacción o la respuesta a una critica infundada. Por todo ello dije antes que lo que estaba haciendo era emprender una cruzada. Eastwood comenzó proyectos entonces incorporando a sus producciones género femenino, que además cobraba un protagonimo inusitado para el cine de aquella época, por ejemplo: Shirley Maclaine en “Dos mulas y una mujer”, hasta en el título se rebaja Eastwood, o en otra cinta con su amigo Don Siegel, “El seductor” con Geraldine Page, debe escaparse de una cárcel de mujeres, donde ellas dictan sus normas y donde él no se siente seguro. Blanco y en botella. Estoy seguro que por la forma de actuar de Eastwood, si en aquella época lo llamas niño rebotado, no sabría el final de su siguiente película, pero estoy seguro que sabría de que versaría.
En esos años Clint, conocería a Sondra Locke, mujer con la que compartiría trece años de su vida y protagonizaría poco más de una docena de películas.
Vuelve a rodar con Don Siegel su última película juntos, “Fuga de Alcatraz”, donde Clint resume lo que ha sido su lucha en estos últimos años por hacer su trabajo sin condicionaminetos. A partir de esto Eastwood comienza su carrera como director, ya había aprendido la labor de productor invirtiendo y haciendo sus proyectos y dirigió varias escenas de Harry bajo la atenta mirada de Don Siegel, que para él fue un mentor y un amigo.
Paradójicamente, su primer largometraje es “Escalofrio en la noche” en donde vemos a un director alejado de la imagen que sostuvo de actor, y junto a “Primavera en Otoño” podemos apreciar a un Eastwood sentimental, más cercano ya a los “Puentes de Madison”, pero ese mismo año, en 1973 dirige su primer western “Infierno de cobardes”, un poco rústico comparado con lo que haría posteriormente, y muy apegado con el estilo de Leone. Eastwood estaba convencido de que era una fórmula que funcionaría como había funcionado antes. Poco después hace una cinta de espías poco afortunada en taquilla “Licencia para matar”. El hechaba la culpa al departamento de publicidad de la Universal, porque pensaba que también anteriormente en “El seductor”, la productora no apostó todo lo que tenía que apostar por una película atípica que de otra manera se vería condenada al ostracismo. Cansado de todo esto, cuando comienza el proyecto de “El fuera de la ley”, coge los bártulos y se va de la Universal Picture a la Warner BROS. La Warner por aquel momento intentaba ayudar a jóvenes creadores, se arriesgaron mucho por tener a gente creativa y fuerea de lo normal, mirar casos como Stanley Kubrick o Martin Scorsese. Clint Eastwood podría tener más control sobre su trabajo y demostrar sus capacidades. Muestra de ello es esta película, “El fuera de la ley” en la que echa a Philip kaufman después de apenas dos semanas de trabajo. El toma las riendas y el control en las producciones en las que participa. No es la primera vez que pasa esto, ya os comenté en relación a otro post, que Marlon Brando hecho del plató a Stanley Kubrick en “El rostro impenetrable”. Benditos años en los que todo podía pasar. A propósito de esto os recomiendo un libro de cine hecho por Peter Biskind, “Moteros tranquilos, toros salvajes” la generación que cambió Hollywood.






En los siguientes años Eastwood protagonarizaría algunas cintas de calidad más bien pobre, pero la warner quería aprovechar el filón de taquilla que proporcionaba Eastwood, por ejemplo, “Duro de pelar”, repartiendo tortazos con un mono, le valió la segunda recaudación del año en estados unidos solo superado por Superman, quedando delante de apuestas seguras como Rocky II, Alien, o la excepcional película de Michael Cimino, El cazador. Eastwood ya era una estrella, poco importaba ya que hiciese bodrios, la gente pagaba en el cine por ver a Eastwood, por este motivo a Clint no le importó rodar dos años después una especie de secuela de Duro de pelar, “La gran pelea”. Todo esto calmó un poquito a Eastwood que ya se sentía un poco liberado para hacer sus propias cosas.
Con “Bronco Billy” se cierra una carpa y se abre otra, es como un cambio espectacular, aparece un Eastwood renacido de sus cenizas. Se ha puesto en la tesitura el patriotismo americano  post-Vietnam, un patriotismo idealizado y enfermo que no reconoce los valores de la variedad, más aún cuando la raíz de los Estados Unidos de América, es un mezcolanza, igual, es la amalgama de razas más grande del mundo. Eastwood quiso representar la cerrazón del puritanimo americano cuando cambiaron en una escena, una carpa por otra hecha de banderas de los Estados Unidos.
Por esos años, Eastwood emprende un camino que le lleva por títulos más comerciales, que buenas películas en si. A principios de los ochenta, aún andaba por ahí Pauline Kael dando estopa cuanta podía, cierto es que se convirtió en una de las más férreas detractoras del cineasta. Y la verdad, la naturaleza de las películas en las que participaba, más que sumar en su favor, animaban la pluma de la periodista.



Eastwood ya era una estrella interpretativa y llenaba los cines, lo que le faltaba era despegar más en su faceta de director, pero como siempre la libertad en los estudios hay que pagarla, si bien no con dinero, con prestigio y buen hacer. El director se limitó a salir en productos que prometían taquilla, bien para contentar a los estudios y a los productores, y de paso embolsar dinero para producciones más personales. (“Firefox”, “El aventurero de medianoche”, “Impacto súbito” (Otra de la saga Harry Callaham), “El jinete pálido”, “El sargento de hierro”) Como comprobaréis, menos alguna contada excepción son todos títulos más bien menores en su carrera, pero por el contrario, grándes éxitos comerciales.
Llegamos a 1988, año en el que ya podemos decir que despega de forma estelar la carrera del cineasta, pues consigue aunar crítica y público con un proyecto muy personal, la vida de su amigo Charlie Parker “Bird”. Esta es la muestra de un biopic atípico, no muestra la recurrente línea argumental de ascenso a la fama y caida a los infiernos, más bien, mediante la aplicación atemporal que da Eastwood, todo se mezcla en un conjunto de momentos dulces y amargos, casi sin separación entre ellos, como si el fracaso estuviera implicito en la gloria y viceversa.
Como actor, en estos años no brilló tanto pues siguió participando en películas que estéticamente no lograron un estándar merecedor de Eastwood. “La lista negra”, última entrega de Callaham, más bien para olvidar, pues la rabia y la pasión de Harry se estaba consumiendo con el hastío de los años. “El cadillac rosa”, “En la línea de fuego”, “El principiante”. Habría que destacar “Cazador blanco, corazón negro”, en la que interpreta y dirige una especie de biopic no reconocido de John Houston. La verdad que no estaba reconocido por las excentricidades del John, que lógicamente no iba a reconocer. La historia trata de las aficiones enfermizas que rodean en África al director cuando se encuentra grabando la película “La reina de África”, sobre todo la caza de elefantes y rinocerontes. Hoy en día sería una práctica repudiada por la mayoría, pero en el hollywood clásico todo este tipo de actividades exóticas y piezas de caza era común.

REALIZADOR DE CULTO.

Llegamos a 1992, año culmen en la carrera del cineasta, pues estrenaba “Sin Perdón”, western crepuscular que le valió el premio de la academia.



Su extraña búsqueda de la violencia tiene su sentido y su contexto. La violencia es inherente a la sociedad americana, no es por meterme con ningún norteamericano… su historia se escribe a sangre y fuego, desde arrebatar o litigar tierras a naciones europeas hasta su conocida expansión por el Oeste americano, a base de violencia y caza de los pueblos indios. Siguiendo con la guerra de secesión. Está clara la influencia de Sergio Leone en Eastwood. Sergio quería hacer una trilogía, contando la violencia que ha envuelto la historia de Norteamérica. Empezó por “Hasta que llegó su hora” en la que expuso la temática del salvaje Oeste, a la que le siguió “Érase una vez América” que versaba en la violencia que ejercían los gangsters. No pudo completar su trilogía, porque falleció. Eastwood será el aprendiz de esta gran doctrina, que pocos directores en Norteamérica se planteaban exponer. Nadie expondría la brutalidad de Hackman como Scheriff y esa sed de venganza del personaje de Eastwood, digo desde el punto de vista de vendeta, no de justicia armónica. Eastwood desea vengarse, pero no sólo por saciar su sed de justicia, si no que en el proceso experimenta un goce con ello, lo que llega a cargar al personaje con una carga de sadismo que en ninguna otra película del género anteriorment se había visto.
Quizás, otro director que representaba esa vena anti-maniqueo del western era Kevin Costner, que curiosamente había ganado el premio de la academia el año anterior por “Bailando con lobos”, también otro western crepuscular. Otro dato más curioso aún es que los dos directores coincidieron al año siguiente a las órdenes de Eastwood, Costner actuó en “Un mundo perfecto”.



Otro modelo interesante de interpretar la violencia en un mundo que creemos perfecto, un mundo en que creemos realizarnos, que anelamos, que sufrimos, esperamos, amamos. Un mundo de cuentas pendientes, de familias rotas, de criminales sin infancia y niños sin padres, de hombres que buscan su última fuga y niños que anhelan su primera aventura, que buscan un padre aunque sea un convicto acusado de asesinato. Si bien el flashback nos sugiere que es fútil buscar este mundo perfecto, nos intenta explicar que la violencia se presenta inexorable en nuestra vida, no cabe más que aceptarla y seguir caminando, porque cuando nos revelamos ante esa violencia, en un mundo perfecto en teoría, cuando nos redimimos, obtenemos el pago de Costner, la violencia. Es la realidad que subyace, no podemos escapar. Costner era un criminal, en el mundo de los demás. Su mundo, en el que era redimido como padre y como hijo, no era más que el verdadero paréntesis entre violencia y violencia, un mundo aparte, un mundo perfecto.
En 1995 Eastwood realiza una película atípica en él, de género romántico, “Los puentes de Madison”, no nos equivoquemos, es 100% Clint Eastwood, pero en ella se hace metáforas de sus temas más profundos. Establece un paralelismo entre él y como él Meryll Streep, y otra de las señoras que es vilipendiada por el pueblo mediante chismorreos, de tal manera que los criterios de la mayoría se convierten en un mal que hay que extirpar, que a la gente hay que juzgarla en todo su valor, no en sus defectos. Digamos que es un pequeño regalito para Pauline Kael.



La violencia es un tema que sigue persistiendo, la violencia que crean los perjuicios, que nos envilecen, o nos acobardan para dar razón de nuestro verdadero amor. De nuevo hace esa diferenciación de un mundo perfecto más íntimo, más en el subconsciente de los protagonista, porque como se ve, en el consciente si que tienen en cuenta los mismos perjuicios que el resto del mundo. Creo que con esta película se congració completamente con el público, pues daba a entender que era un verdadero orfebre, no necesitaba escenificar todos esos recursos de los que le acusaban, además en los últimos años se Viene apreciando en él, en la faceta de actor, su mejoría, su presencia y su manera tan orgánica de actuar, sin florituras ni adornos estúpidos, siempre en su medida justa.
Diez años después de “Sin perdón”, llega “Mystic River” con la que forma un trilogía con “Un mundo perfecto”, pero esta “Mystic River”, es más oscura si cabe, pues la violencia es implacable, se ceba en los amigos de la infancia. Uno de ellos, Dave, es violado por un hombre vestido de policía. A otro le asesinan a la hija y todos los indicios nos llevan a que Dave la mató, pero no. Sean Penn mata a Tim Robbins y comete doble injusticia.



Million Dollar Baby, que ganó cuatro estatuillas, no pasó por ser la película más espectacular del 2oo4, pero la sobriedad con la que fue dirigida, y el tratamiento redentor que aplicó a sus tres personajes, sin ser maniquista y presentando una realidad dura. Porque al final, aunque el violento destino se cerniese sobre esta mujer, había vivido amando y haciendo lo que quería.
Luego vendría  “Banderas de nuestros padres” y “Cartas desde Iwo jima”, vista la desesperanza de la segunda guerra mundial, tanto por parte de los norteamericanos como los Nipones. La violencia es algo que nos exhorta, que nos mueve desde afuera, nos fuerza a hacer cosas o haciones que no nos gusta. Así, los soldados norteamericanos sienten la violencia de suplantar a sus malogrados compañeros para poner en funcionamiento la maquinaria propagandística y política de Estados Unidos. En Cartas desde Iwo Jima, deja entrever la alienación de la violencia como agente externo, pero dota a los personajes de la libertad necesaria para que en determinados momento sean libres para elegir entre ejercerla o no. Es decir, el honor exigia a los soldados que a pesar de quedar aislados sin refuerzos, pereciesen defendiendo la isla. El general Kuribayashi, en un último acto salva al soldado Saigo, como símbolo de derrota de la violencia.


Hasta aquí llego, porque “Gran Torino”, “El intercambio”, “Invictus” son películas con muy poco recorrido aún y hay que dejarlas asentar. Para los fans de Clint Eastwood, os voy a dar un dato, sobre su próxima pelícual “Hereafter”,(está en producción en este 2010  y aún está  pendiente de título en español, apuntádlo en la agenda todos aquellos fans de Eastwood, según mis fuentes será estrenada en Estados Unidos a finales del mes que viene y en España tendremos que esperar hasta enero del 2011).
Versará de tres personas que han tenido que ver con la muerte, un en un Tsunami, otra una drogodependiente que pierde a un hijo y el último será un medium.


miércoles, 1 de septiembre de 2010

ROBERT EVANS, EL CHICO PRODIGIO DE HOLLYWOOD.


Como ya quedó pendiente en el post de la semilla del diablo, os dije que un día os hablaría de este personaje, que poca gente conoce si no es fuera del mundillo del cine. Quizás no es el mejor productor de Hollywood, pues todo lo que tenía de talento lo tenía de ingenuo y muchas etapas de su vida se descontrolaron por no tener bien asentados los pies en la tierra. Digamos que aunque no era un productor depredador como los grandes tiburones del Hollywood dorado, como David O´Selznick o Darryl Zanuck, si fue un digno sucesor  en los nuevos tiempos. Zanuck, jefe de producción de la fox, antes trabajaba en Warner, encaranaba  al productor estrella. Zanuckcabó en la FOX después de airearse con la Warner y montar su productora que brilló con luz propia. Su productora se alió con la FOX, se llamaba  Twenty-century. Pero lo gracioso es que el pez chico se come al grande, porque en vez de llamarse la Fox Twenty-century, hoy día aún sigue produciendo bajo el nombre de Twenty-century Fox. A eso es a lo que llamo yo tiburones que no daban su brazo a torcer.
Aunque yo no considere a Robert Evans un tiburón si que tengo que reconocer que tenía un talento infinito para la produción incluso mayor que los mencionados tiburones. Un insitinto para sobrevivir en los estudios y sacar petroleo de la nada. Hay que tener en cuenta y eso es cierto que los modelos de producción en Hollywood desde la época de O´Selznick hasta Evans cambiaron. En el Hollywood dorado había pasta y los poderosos productores se movían como pez en el agua, pero en los cincuenta, todo eso tocaba a su fin, porque el mundo cambiaba y la vieja guardia no estaba preparada para el cambio, los mensajes ya no llegaban a la gente, cierto tipo de público era desconocido, no eran capaces de captar gente joven para las viejas glorias de los estudios. El público joven ya no iba a ver películas que no les trasmitían nada, con mucho maniqueo en su realización, y en los sesenta, con Vietnam y el movimiento pacifista, el mundo cambió.
De todas formas estos jefazos de los estudios no entendían , para ellos la juventud buscaba otras cosas y valoren que no eran acordes a lo que ellos podían ofrecer. No comprendían lo que para ellos era una juventud basada en el libertinaje, muchas veces alocada a los que gustaba beber y bailar con desenfreno, hasta consumidores de drogas. Esto no era perceptible de exhibir ni si quiera en un musical.
Fijaos como cambian las cosas de finales de los cincuenta donde se empieza a acusar este cambio de mentalidades en Hollywood, y diez años después, en 1967 se estrena “Hair”, un musical de un grupo de amigos hippies. Con esto quiero que percibais, que era un terreno para atrevidos, arriesgados y apostadores. Fue el caldo de cultivo donde Robert Evans subió meteoricamente a la cúspide de Hollywood. Pero como toda buena historia que merece ser contada, comencemos por el principio.



Bob Evans nació bajo el nombre de Robert J. Shapera en Nueva York en el año 1930. Desde pequeño siempre tubo la gran esperanza de ser actor, pero después de llamar a muchas puertas, no consiguió nada. La realidad es que como actor el pobre era pésimo. Se convirtió en un empresario del mundo de la moda, en Nueva York donde fue escalando posiciones, pero al ver el físico y carisma de playboy que tenía, es cuando le llega la oportunidad de Hollywood. Pues un día en la piscina del hotel Beberly Hills, se encapricha de él Norma shearer, le da la oportunidad de interpretar a su último marido en la ficción. Le marchaban bien los negocios y no tenía nada que perder, por fin iba a probar suerte. Pintaba bien, iba a debutar en una película acompañando ni más ni menos que a James Cagney. La película titulada “El hombre de las mil caras” versaba sobre la vida de Lon chaney, famoso actor de cine que interpretaba a inmensidad de personajes, a principios de siglo (XX). Fue un éxito y Evans no lo hizo mal, hasta diría que al lado de Cagney, se le pega el oficio.
Después de esta película entró a formar parte de un proyecto de Darryl Zanuck, para hacer el papel de torero, de Pedro Romero en “Fiesta” compartiendo cartel ya con gente de la talla de Mel Ferrer, Ava Garner y Tyrone Power. En esta película conoce al famoso productor de la Fox, Zanuck, causa una gran huella en él. Zanuck lo apoya frente a todos los jefazos del estudio que querían ver fuera de la película a Evans por creerlo mal actor. Zanuck protegía a Evans, porque veía en él un gran talento, quizás intuía que era un gran talento interpretativo, pero la verdad es que Evans sólo tiene talento para la supervivencia empresarial.
A Robert Evans le ofrecen la oportunidad esta vez de ser protagonista en una nueva película, toda la responsabilidad caería sobre él, aquí es justo donde se demostró que de verdad no valía para actuar. Él fue el primero que se convenció, pero la huella de Zanuck aún era poderosa y él era un buen negociador, de hecho tenía los negocios de Nueva York viento en popa, y con las tres pelis que hiciera se ganara un buen pellizco que estaba dispuesto a invertir. Al mismo tiempo, Charlie Bluhdorn, el jefe de la Golf + western se fijó en él y se interesó por sus proyectos, al mimo tiempo la Paramount, casi en ruinas cambia de manos. Bluhdorn, era un empresario pero no tenía mano para el cine y lo dejó todo en manos del talento de Evans al que al poco tiempo lo nombró jefe de producción de la Paramount Pictures, ese dinosauro del celuloide que ahora ocupaba el noveno puesto de las productoras de Hollywood, pese a tener exitos muy sonados en la década anterior, como “Los diez mandamientos” se estaba undiendo, porque también se gastó una enorme fortuna. Era necesario arriesgar audazmente en nuevas historias que rompiesen e impactasen.



En este sentido, Evans se hizo con los derechos que uno de los directores le trajo ,un esbozo de guión de la novela de Ira Levin, un tal William Castle. Evans, que era un enamorado del trabajo del joven realizador Polaco, Roman Polanski, no se lo pensó dos veces antes de contratarlo. Los jefazos se cuestionaron porqué, pero él no dió el brazo a torcer, había visto unas películas europeas de Roman, como “Repulsión” “El cuchillo en el agua” y “Callejón sin salida”. Estaba convencido de que únicamente Polanski podría plasmar el inquietante guión en una película que aportase una visión refrescante sin que quedase todo en una película de serie b. Pues el presupuesto era corto, Paramount estaba en las últimas y para más apuros, cuando Polanski llevaba rodando unos diez días, ya acumulaba siete de retraso y todos los jefes estaban nerviosos. Evans defendió a capa y espada al realizado polaco hasta el estreno. Judgad los resultados, ¿tenía o no tenía ojo el cabroncete de Bob Evans?. “Rosemary´s babe”, la película que produjo, fue un exito rotundo, con lo que se ganó el aprecio de Charlie Bluhdorn.
Su siguiente trabajo como jefe de producción de la Paramount, fue “Love Story”, película romántica que rompió moldes en taquilla. La gente iba a verla al cine dos y tres veces, y que en ocasiones, muchas personas salían enamoradas. La película hizo una caja como nunca se había visto y había salvado a la Paramount de la desaparición.
Estas dos primeras películas fueron como dos puñetazos en la mesa, tenía a los jefazos comiendo de la mano, se había convertido en el niño mimado del estudio. La vida no le había podido sonreír más, en Love story, conoció a Ali Macgraw, quien sería su mujer y de la que tendría un hijo. Pero bueno, a pesar de que la vida le iba bien, a Bob nunca le regalaron nada, siempre tubo instinto de supervivencia. Tanto le sirvió el instinto, que dice la historia, cuenta la leyenda, un día llega al rodaje un mensajero que le entrega en mano a Evans un sobre, y le echó una sonrisa de oreja a oreja, no sé que contenía el dichoso sobre, pero cuando lo abrió, llamó al mensajero y le dijo que él sería el protagonista, había encontrado al hombre de la sonrisa del millón de dólares. Robert le prometió un sueldo de 11.000 dólares. El mensajero se acercó y le dijo al oido: - Oiga, podrían ser 11.500, estoy divorciado y tengo a una niña que mantener. Robert respondió: Entonces, que sean 12.500. El mensajero sorprendido siempre agradeció este gesto a Evans, le prometió que jamás se olvidaria de aquello. ¿Sabeis quién era el mensajero que obtuvo el papel con aquella insolencia mientas grandes actores estaban haciendo pruebas?, pues fue Jack Nicholson, hoy multimillonario. Es que los comienzos son siempre difíciles, y algunos seres atípicos y extraordinarios crecieron así. Jack de aquella solo tenía algunas lecciones del actor´s Studio. Esta amistad, va a ser muy importante en la vida de Evans, os lo contaré un poco más tarde, ahora nos ocupa la cúspide de su carrera, cualquier estudio vendería el alma al diablo por poder contratar al productor estrella de Paramount pictures.



Otra vez en su próximo proyecto iba a tener que luchar no sólo con los jefes de estudio, si no con un joven realizador ítaloamericano que había elegido para dirigir el Padrino. Lo necesitaba para que de alguna manera organizase la idiosincrasia de la mafia siciliana. Un crimen que no estaba organizado ni estructurado. El director impuso a Brando y a Pacino, pero a Evan le presionaban desde todos los lados, pues el estudio no confiaba en Brando, su estrella se había apagado hacía ya tiempo, era un actor acabado. Con muy mala conducta y reacciones de divo. Por otra parte tampoco confiaban aún en el joven talento de Pacino y no lo querían ver en el papel de Michael Corleone. Al final, Evans no dejó de dar por saco a Coppola todas las semanas y Coppola contraatacaba grabando más rápido ingentes cantidades de escenas, para que los jefazos con la gran cantidad de material grabado, no pudiesen cambiar nada. De todas formas había mucho metraje y Evans siguió fastidiando a Francis Ford Coppola, en la proyección de Nueva York, que iba a determinar el montaje final, Evans apareción en pijama y pantuflas con una especie de cama de hospital alegando que estaba muy mal de la espalda. Y de vez en cuando en la proyección hacía descender la cama con el motor para mostrar que no le interesaba y se echaba una siestita. Coppola, podeis creerme, acabó hasta el gorro de él. Al acabar la proyección le dijo que era una mierda de película, que la tenía que acortar, que la gente se iba a dormir. El montaje era de tres horas y cuarto, pero con los insititos desplantes de Evans se quedó en dos horas cuarenta minutos, que fue como se estrenó. Posteriormente, cuando salío el dvd, le dieron la oportunidad a a Coppola de hacer su propio montaje, y cuando se dispuso a ello entiendió que Evans tenía razón. Dejó las escenas eliminadas como extras en el dvd pero no tocó apenas el metraje. Pero la verdad es que Evans era muy persistente en lo que quería, y no le importaba montar el follón más grande para conseguirlo. Bueno, no merece la pena hablar del éxito del padrino.



La Paramount, en esta época parecía el rey midas, convertía en oro todo lo que tocaba, era la número uno de las productoras, os fijasteis que ascenso tan meteórico. Evans toca el cielo. Pero, aquí empieza la caida a los infiernos. A partir del éxito del Padríno, acaba contrato con Paramount y le animan a producir en solitario, pero compaginando su trabajo de productor jefe de Paramount. En estes momentos es cuando se entera de la infidelidad de Ali Macgraw, se había ido con Steve McQueen. Se habían enamorado en el rodaje de “La huida”, mientras Evans estaba enfrascado en el Padrino. Vuelve a casa, pero se encuentra a su hijo y a la niñera, ya no ve a su mujer. Entonces decide centrarse en su trabajo y consigue el guión de “Chinatown”, que arregla junto a Robert Towne. Como siempre los ejecutivos de la Paramount estaban en contra, pensaban que el guión era un rollo muy difícil de entender para el espectador. Precisamente ganaría el Oscar al mejor guión. Para la película se rodearía de sus amigos, no sé si por que se sentía solo en esos momentos. Pero volvió a funcionar, incluso lograron fichar a John Huston. Hiciera lo que hiciera, le pusieran las trabas e impedimentos que quisieran que Robert Evans iba a salir triunfal de todos los atolladeros. El problema es cuando se encontró el atolladero de la droga. Cuando acabó su matrimonio, Evans se dio a una vida más desenfadada, salía con varias chicas y vivía con más desenfreno. Un buen día ocurrió que una de estas lindas mujercitas, le dio a probar su primera esnifada. No parecía que eso fuese a viciarle, pero por probar encontró a un vendedor que le ofrecía cocaína farmacéutica a precio de saldo. Era un trampa de la D.E.A, que utilizaba cocaína marcada y llegó hasta él por el mayordomo que era el encargado de la transacción. En realidad, tampoco fue tan grave, jugó con fuego y acabó quemandose. Como no tenía antecedentes y el juez sabiendo quien era, lo condenó a producir spots publicitarios antidrogas. Muchos de sus amigos salieron en las campañas publicitarias, incluso Paul Newman que se mostraba interesado, no en vano, su hijo había muerto por una sobredosis.





Pero toda su carrera y su vida había cambiado, casi la mayoría de los que creía amigos le dieron la espalda y cayó en desgracia, a pesar de que no era ningún adicto, tomó un par de dosis y luego ya no pudo continuar. Charlie Bluhdorn, que siempre lo apoyó en Paramount, hasta en los momentos más difíciles, le niega la palabra. La propia Paramount hace un comunicado oficial desvinculandose del productor alegando que fue trabajador de la Paramount Pictures, pero que desde hace algún tiempo ejercía como productor independiente que de vez en cuando producía para Paramount, digamos que actuaba de subcontrata sin ligación a la empresa.
El mundo entero se le venía encima. Las desgracias se sucedían y poco depues de “Cotton club” le involucraron en un caso de asesinato. En realidad, era un personaje tangencial, pues un hombre a cambio de presentarle a Evans para que hiciesen negocios formando una nueva productora, pidió a un tercero una compensacón en droga o dinero, al no satisfacerla, lo asesinó. Evans, ni siquiera sabía de que iba el asunto, pero la prensa ya estaba hechando carnaza y recogiendo carroña. El caso salió a Juicio a los seis años, para entonces a Evans ya no le quedaba ningún pretigio que defender. Estaba undido.
Vende su propiedad, su mansión que tanto adoraba a un multimillonario francés.Poco tiempo después ingresó en un psiquiatrico voluntariamente, por temor al suicidio. Hasta que no aguantó más y salió con una escapada made in Hollywood. Coche a la salida con motor encendido. Poco tiempo después Quiso recomprar su mansión pero el francés no accedió. Pero un gran amigo, estaba ahí para levantarle la moral. Jack Nicholson, le invitó a la ceremonia de los oscars, estaba nominado al mejor actor, que no es nada raro, porque es el actor que más nominaciones y oscars tiene, 12 nominaciones y 3 oscars. Estuvo toda la noche, con la mano en el hombro de Evans, Recomendándolo a la gente pese a que la gente lo conocía de sobra y no quería verlo, pero como Jack era más cabroncete que ellos, se lo metía por los ojos a pesar de que no lo querían ver ni en pintura. Evans se lo agradeció. Pero hay más. Dice la historia, cuanta la leyenda, que un gran actor de Hollywood viajó a Monaco a suplicar a cierto millonario francés que sólo le concedió 15 minutos, mientras se afeitaba, que por favor le puediese revender la mansión a su dueño. Se llegó a poner de rodillas. El millonario pensando que si una gran estrella de Hollywood se hacía tantos kilómetros para suplicar que le revendiesen la mansión al amigo, se merecía una repuesta positiva. Así es como el gran Jack Nicholson recuperó aquella mansión tan valiosa para su amigo. Y es que al contrario de lo que parece, Nicholson es una buena persona, de las mejores. A todo esto, el millonario francés obtuvo un filón con la anécdota de que un buen día se le presentó en el cuarto de baño una superestrella de Hollywood que suplicaba a sus pies.
Después de esto Evans, se fue recuperando, aunque ya no tenía grandes éxitos como antes, en esta última época, lo más sonado fue la película de Val Kilmer, “El santo” remake de la serie de Roger Moore. Aún vivo con 80 años sigue siendo un fenómeno.