martes, 14 de septiembre de 2010

CLEOPATRA



He aquí otro título mítico de Hollywood, además se presta para comentarios de todo tipo, dentro y fuera de lo que fue la propia cinta. Costó 35 millones de dólares, cifra que aún teniendo en cuenta la inflación, es una verdadera salvajada para 1963. Fijaos, la producción se prolongó durante cinco largos años, costó la dimisión de un director y del presidente de la Fox, por aquel entonces, el griego Spyros Skouras. El proyecto fue un descalabro y un despropósito desde el principio, estuvo a punto de undir la FOX, Liz Taylor en Europa y Marilyn Monroe en Estados Unidos, atravesaron por problemas de salud, que cuartaron y retrasaron enormemente las producciones que ya no se podían volver atrás por lo desorbitado de los estipendios de las actrices y los elevados presupuestos.
La risa, es que cuando le presentaron el proyecto a Skouras, solo suponía dos millones de dólares, en 1958. Podéis imaginar porqué, esta película logró crear ampollas importantes dentro de la compañía. Es una risa lo de los dos millones, porque en 1960, cuando se empezó a rodar, el caché que exigió la Taylor era de 1 millón de dólares, y… Curiosamente, aceptaron sin más.



Estas decisiones que a la larga se juzgaron perjudiciales, en esa época, eran hasta justificables. Pues si alguna de las actrices que disponía la FOX sería mejor que la Taylor para el papel, que venga ahora y me lo diga. Tampoco fueron pocas las actrices que optaron a el, y por supuesto por menos caché, infinitamente menos. En esto consiste la prestancia de las grandes estrellas, que no solo vale con valer, si no ser conscientes de que se vale. Como si empezase un juego de tira y afloja, Liz Taylor comenzó a armar sin querer la personalidad de la cleopatra que luego abordaría Mankiewicz, en lo que fue la mano de obra definitiva. Sobra decir que Liz Taylor está impresionante en su papel, aunque la crítica de la época hizo una valoración más bien tibia de la película, y defenestró a Burton y a Taylor, el único que se salvó de la quema fue Rex Harrison, hoy en día podemos afirmar que de vez en cuando la crítica especializada es burda y tonta como las masas a las cuales critica.
En 1958 el productor Walter Wanger, presenta el proyecto a Skouras, en aquel momento, ni el poductor sabía que era un proyecto que le ocuparía cinco años, ni que sería el más costoso de la historia, ni que tendría que cambiar por completo al reparto original, ni que se arruinaría el plan de rodar en cinecittá, roma. No sabría que tendría que trasladarse toda la producción a Inglaterra, que Liz Taylor caería gravemente enferma y los periodicos habrían llegado a publicar su deceso, en fin, no sabía muchas cosas. Para resumer, Walter Wanger, era en 1958 un ignorante de todo lo que se le venía encima.
Mamoulian fue el primer director que se puso al frente. Las primeras opciones para el reparto, era Joan Collins como reina de Egipto, pero Wanger quería a toda costa a Liz Taylor y no cejó en su empeño. Para el papel del cesar y de Marco Antonio, se pensó en Lawrence Oliver y Richard Burton, pero Oliver rechazó el papel y el estudio no quería sólo a Burton sin ningún contrapunto, además por aquel entonces ya era vox populi su apego a la botella. La búsqueda continúa. Finalmente se optó por que Peter Finch hiciese el papel de Cesar, y Stephen Boyd, que se dio a conocer por Mesala en Ben-Hur, hicese el rol de Marco Antonio. Este iba a ser el reparto definitivo que iniciaría el rodaje en Roma.



La fatalidad de la producción comienza en Roma, pues las olimpiadas se celebraban en Roma ese año y no le podían garantizar la estancia a todo el equipo ni insonorizar los estudios a tiempo, con lo que en una solución de urgencia, teniendo en cuenta los calendarios de todos los actores principales se optó por un rápido cambio. La producción se desplazaba a Londres, con el gasto que conllevaba y el tiempo perdido, y lo más importante, se habían gastado ya la friolera de unos diez millones de dólares sin haber filmado ni el primer minuto. Skouras, ya se estaba riendo en su despacho del estudio, de aquellos dos millones de dólares.
Bueno, entre papeleo, permisos, montaje, decorados y cosas varias aún se demoró todo unas semanas más. Para más calamidad, se comenzó bien entrado el otoño inglés, pero claro, tenían que simular ropa egipcia, con lo que muchos actores enfermaron y lo más importante, Liz Taylor cae gravemente enferma. Padece meningitis.
Mamoulian, no tuvo más remedio que esperar, pero era algo desesperante, porque la verdad es que solo había grabado diez minutos aprovechables. Pero la situación era insostenible, en Enero, con Liz Tayler aún convaleciente, Mamoulian dimite.
El panorama era desolador, pues llevaban medio año de la producción y 4 meses de rodaje, y prácticamente no había nada. Mankiewicz pide una demora de unas cuantas semanas, un mes, para remodelar el guión. La gente en los estudios no estaba por la labor de perder más tiempo, le dieron unas semanas, no llegó al mes, y hubo de empezar antes de tener el guión acabado. Rodaba de día y de noche trabajaba en el guión. Su trabajo dotó a la película de esas frases tan mordaces característica principal del director. También dotó al guión de orden y coherencia, porque en realidad, además de ser un cineasta, Joseph L. Mankiewicz era un sobresaliente escritor. Estas dotes le valieron la elección para la película, pues no era el candidato ideal para realizar un film épico, según los estudios, fue elegido, porque ya había trabajado con Taylor, eran buenos amigos y necesitaban que ella se recuperase tanto física como anímicamente. Además era un excelente escritor, y el trabajo de producción en referencia al vestuario, escenas coreografiadas, ambientación y más cosas pertinentes a una obra de este calibre ya estaban calculadas desde la época de Mamoulian.
Los actores por problemsa de agenda tuvieron que ser remplazados, con lo que lo grabado anteriormente, no servía de nada, ni siquiera las pruebas de cámara. Como ya se tenía las de Burton y estaba libre lo contrataron para Marco Antonio y le pusieron el contrapunto con Rex Harrison.



Por marzo acaeció una nueva desgracia, porque Taylor volvía a caer enferma de gravedad, el diagnóstico era neumonía. Tenía que ser operada a vida o muerte, de hecho la prensa americana llegó a publicar su deceso. Mientras todo esto pasaba, se decidió volver a Roma, pues era muy complicado recrear el caluroso Egipto en la invernal Inglaterra. Además, no es pertinente que los egipcios al hablar desprendan bao. Todos estos inconvenientes, y las repetidas enfermedades, no sólo de la Taylor si no también del equipo hizo que se acelerara el traslado.
Todo había vuelto al principio, con un año perdido. La gente en los despachos estaba que trinaba, sobre todo para el presidente, el sempiternamente sonriente Skouras. Al final, se le acabó también por borrar la sonrisa. Dimitiría, en su lugar se puso Zanuck al frente de la FOX.
Mankiewicz debía ir contrareloj, también su salud se resentía. Exigía al cuerpo a levantarse a las 6,00 de la mañana y acababa por lo gerneral a la 1,00 o 2,00 de la madrugada. Un día llegó a afirmar que “Cleopatra fue concebida en situación de emergencia, rodada en estado de histeria y terminada con pánico ciego”. De hecho la idea de Mankiewicz, cuando posteriormente se encontró con tantos minutos, fue la de dividir la película en dos estrenos. Uno en el que se habla de la historia de Cesar y otra en la que se habla de Marco Antonio. Había más de seis horas y podían hacer dos de tres horas, eso sí habría que cambiar los finales de cada historia, para darle un poco más de interés y un sentido propio y único a cada una, aunque luego se unan en un conjunto global. Eso significaría gastar un poco más, pero...¿Que suponía uno o dos millones más después de haberse gastado casi cuarenta? Esta propuesta podía colar con el griego, pero con Darryl Zanuck ni de broma. En cuanto vio el metraje de las seis horas, Zanuck hizo un montaje de cuatro horas, que fue el que prevaleció. Nunca sabremos como sería el montaje del gran Mankiewicz.



Tiempo después Zanuck dijo que no podía arriesgarse en la idea del director, pues la FOX, si no resultaba la película después del enorme despilfarro, con esta película se redescubrió lo que era una inversión faraónica, la empresa quedaría en la bancarrota más absoluta, tendría que declararse en suspensión de pagos. No podía ir sin toda la carne en el asador a dos películas, porque si no funcionaba la primera, la segunda sería el metraje adicional más caro de la historia del cine.
Otra de las historias tangenciales a esta película, es que la relación entre Cleopatra y Marco Antonio, no era muy diferente a la que mantenían Richar Burton y Elizabeth Taylor. Los dos casados respectivamente, se enamoraron locamente en Roma, pero era tal la pasión desbordante, que no pudieron ocultarlo y la presa se lanzó como ave carroñera. Salían noticias por todos lados, y de toda naturaleza. La prensa italiana llegó a publicar, que Burton era un simple títere, que la verdadera relación amorosa era entre la estrella y el director, que ya se habían conocido mucho tiempo atrás. En una rueda de prensa multitudinaria, Burton respondió a la prensa preguntando a Mankiewicz, ¿También esta noche tendré que dormir con ella?. Fué un comentario colosal, pero Burton se vió sorprendido por la repuesta del director, que dijo: En realidad, la celestina e incubridora es Taylor, porque Burton y yó nos amamos locamente” después de esto le dió un beso al actor en la boca.


No hay comentarios: