viernes, 22 de junio de 2012

ROBIN HOOD A TRAVÉS DEL CINE



Me he decidido a hablar sobre este personaje pues es de los que más me gusta, más he leído y visto en cine, con multitud de adaptaciones.
Dice la historia o cuenta la leyenda del mito de Robin Hood que,  el adalid de los empobrecidos y azote de la corona inglesa, bebe de la propia realidad, eso sí, alterada, exagerada y manipulada en cierta manera. Pues se cree que pudo haber existido una suerte de hombre que hizo las veces de caudillo y agitó al pueblo contra la corona. Esta persona era un proscrito que habitaba zonas aledañas al bosque de Sherwood. Hasta aquí las coincidencias plausibles con el personaje que nos ha llegado a nuestros días y el probable hombre real que ha suscitado toda esta mitología.
La “verdadera” historia de este hombre, es que sí ha sido proscrito, pero no en los tiempos de Juan sin tierra, el hermano usurpador del trono legítimo de Ricardo corazón de León, si no poco tiempo más tarde, en el reinado de Eduardo II de Inglaterra. Esta actividad del tal Hood, soliviantando al pueblo contra la corona, fue aplastada rápidamente y sin miramientos, con lo que ha tenido que subsistir en el bosque. Desde luego, dejó honda huella en el pueblo, pues su actividad debía ser continua y comprometida pues los mismos enviados de la corona tuvieron que matarlo disfrazados en el bosque.
La razón de porque todos los historiadores que analizan al personaje le dan tanta importancia es porque en la época casi todos los proscritos o bandidos que habitaban en los  bosques eran popularmente llamados Robin Hood. Quiere decir, que desde el primer momento, su vida o su muerte ha debido representar un modelo al pueblo, que adoptaba su nombre y comenzaba a elaborar canciones, historias y a formular una leyenda. Su gran difusión sobre todo con la imprenta ha sido también otro de los ítems a estudiar.



Esta cantidad de bullicio literario concentrado en su mayoría en la edad media más tardía, hace que no sólo llegue a nuestras días por la literatura, sino también por la cultura popular. También es una forma de entender las innumerables adaptaciones que se hicieron al mundo del cine, sobre todo en sus primeras etapas.
La primera como no podía ser de otra manera, es de factura británica, ya en un temprano 1908, a cargo de Percy stow, pero la fama del personaje y las posibilidades de la historia al no tener una línea argumental fija, hicieron que tan sólo tres años después, la empresa americana hiciera su versión. (Hoy en día también se dedican a hacer versiones estrenadas en otros países, en vez de darle vueltas al coco). Esta versión americana es de Theodore Marston, en 1912 y otra tan sólo un año después, en 1913, por eso digo lo de la sobresplotación sin control de un producto. Esta última versión está firmada por Étienne Armaud y Herbert Blaché.
Con todo, la mejor que se guarda de la época del cine mudo es otra nueva versión hecha, o concebida por el genial Douglas Fairbanks y dirigida por Allan Dwan en 1922, es decir, nueve años después. Hubo en esa época una gran concentración del personaje, y no es que se guarde mejor el material de Fairbanks por que es la más moderna, simplemente, también es porque es la que simplemente ha tenido más éxito, era más entretenidas con los saltos y cabriolas de Douglas.



En realidad, para los ojos de los espectadores de hoy día, se vuelve tediosa menos en las escenas de acción, aunque comparándolo con hoy día, esta acción sería muy pesada. Es la misma sensación que nos produjo ver la nueva saga de Star Wars. Nosotros estábamos acostumbrados a una lucha de espadas, pesada, casi medieval, en las versiones de los ochenta, pero en la Amenaza fantasma nos resultaba raro que las espadas se manejasen como florines, incluso que Yoda saltase alegremente de un lado para otro. Cuando Lucas se explicó, dijo que era normal tener en cuente que los espectadores de hoy son capaces de almacenar más rápidamente imágenes, no acelerar esos procesos hubiera sido la muerte a pellizcos para los jóvenes que fuesen a verla.
Fuera de ejemplos y disquisiciones sobre lo mal que ha envejecido una película de acción, en aquella época del cine mudo, hay que salientar que fue en su momento la producción más cara y lujosa de Hollywood. Ya sólo en decorado, se le fue un pastón. Era el decorado más grande hasta aquel momento, y es que tenía que simular a un castillo.
Ahorraron de otra forma, incluso Douglas fue el propio guionista de la cinta, el problema es que no se le ve en los títulos como guionista porque firmó con un pseudónimo. (Elton Thomas)
Otro de los puntos por lo que es conocida esta película es porque estuvo muchos años perdida, desaparecida, como unos sesenta años. Se sabía de su existencia pero se habían extraviado las copias. Se encontraron unas en el final de los sesenta y principios de los setenta, varias copias con la que se fue configurando  una con la totalidad del metraje.
A partir de ahí podremos contemplar a Robin Hood en un maravilloso technicolor.



Como ya se estaba convirtienco en costumbre, "Las aventuras de Robin Hood", esta vez, por parte de la warner brothers, sería otra vez la superproducción de Hollywood más cara de la historia hasta aquel entonces, 1938. Para más casualidad, justo en presupuesto, dobla a su antecesora, ya que esta última costará dos millones de dólares.
Fue esta la primera película que hizo un intento serio por el technicolor, anteriormente se había utilizado como mucho películas en dos tonos, proyectándolos mediante un filtro colorado que daba una cierta sensación de color. La idea les salió redonda, y la calidad para la época era expléndida, aunque hoy en día nos resulten colores apastelados y un poco saturados. En aquel entonces era una auténtica explosión de color, todo lo anterior era blanco y negro.
Quizás sería mejor empezar por entender como funcionaba el technicolor, para hacernos una idea de como funcionaba en aquel tiempo.
Desde un principio, en la historia del séptimo arte, se pretendía llegar al color, de hecho los primeros intentos, no eran más que burdas pintadas a mano sobre la película a menudo sólo con cuatro colores, imaginad cuál sería el resutado.



Luego, en 1917, se pasó a lo que se llama Proceso 1, que constaba de dos filtros uno rojo y otro verde, los dos dentro de la cámara. con los que se grababa al doble de velocidad. La causa de esta velocidad es porque tenía que dar tiempo a impresionar la luz mediante un prisma en dos películas, que después superpuestas daban esa sensación particular de un cierto colorido. En esta técnica estén hechas los propios "Diez mandamientos" de Cecil B. de Mile, pero no la del cincuenta y seis de Charlton Heston, si no que el mismo de Mile había hecho una versión en 1923. La versión antigua de Ben-Hur (1925) también está hecha con Proceso 1, y el Fantasma de la Opera, del mismo año. Si vamos cayendo en la cuenta, todas las superproducciones de la época se iban elaborando con técnicas nuevas, (No siempre acertadas, por desgracia).
Después de esto, en 1928, un año después de que arrancase el cine sonoro, Technicolor, impulsa el sistema tricolor, que necesitaba la impresión de tres películas. Fijáos, que "Las aventuras de Robin Hood" son de 1938, quiere decir que, desde que se inventó y se fue perfeccionando, pasaron diez años. Pero luego los resultados son asombrosos, a partir de ahí se grabaron superproducciones de Hollywood que afianzaron el technicolor. "El mago de Oz"de 1939 y "Lo que el viento se llevó" del mismo año.
En aquel entonces había otro proceso, de Eastman, el Kodakchrome, que competía con el techicolor, y aunque el technicolor cogió delantera a la kodak en cuanto a la viveza del color, posteriormente se demóstró que los negativos de kodak eran mucho mejores que los de technicolor, que con el paso de los años perdían mucho color y se deterioraban rapidamente, por eso a mediados de los setenta se impusieron los kodak y terminó la egemonía del techicolor.
Es curioso, pero siempre asocio el technicolor a este periodo de Hollywood en el que todo eran tonalidades color pastel, como un pasado dorado que ya nunca volverá.



Esta es una de las escenas que más me gusta realtar de esta película de Robin Hood, y es que es en esta imagen dónde se sintetiza que la epoca del blanco y negro sigue en la mente de los realizadores. Todo eso juego de sombras de la escuela alemana, jugando insinuando, etcétera.
Dos gigantes están combatiendo fuera de cuadro, pero se ve el fragor de la batalla, como el mito de la caverna de platón, sólo sombras. Haciendo una alusión filosófica, se puede decir que aún no había llegado la nueva luz con la que ojerar la realidad.
Michael Curtis, el director de la película, al que le gustaba muchísimo esta escuela, aún está en un concepto de imagen sugerente. Con el color, todo adquiere un caracter más real, que cambiará el concepto arte en el séptimo cine.
La película es una obra de arte, para la época tiene un ritmo vertiginoso. lleno de acción aventuras y un humor socarrón que encanta a propios y extraños. La fattura técnica es perfecta y Errol Fynn, está sencillamente insuperable. De hecho todo el mundo lo asocia con el personaje. No es que Flynn fuese Robin Hood, es que Robin Hood, siempre será para nosotros Errol Flynn.



Después del periplo por el Hood de 1939, pego un gran salto hasta 1973, donde la Disney deslumbrada también por el manojo de virtudes que adornan el personaje se dispuso a hacer una adaptación animada. Por supuesto, entre medias ha habido muchas adaptaciones, sobre todo para televisión y de una calidad un poco inferior, por eso mismo no me paro en ellas, si no el post sería interminable. 
En 1976, si que hago un alto en el camino porque Richard Lester nos regala una gran película, "Robin y Marian". Trata también sobre el personaje, pero desde un punto de vista totalmente nuevo, la senectud.
Por supuesto la película tiene un aire más asentado, pero es más profunda y deliciosa. Ya no vemos a un Robin tan estereotipado, con lo cual da pie a toda una nueva concepción del personaje y su interacción.
Los buenos no son tan buenos y los malos tan malos como en el 39. Un claro ejemplo, la figura del rey. 
Sean Conery y Hepburn, nos regalan unas actuaciones buenísimas, y una de las mejores declaraciones de amor del cine, quien lo diría, en una cinta de Robin Hood.


Te amo.
Te amo más que a todo,
más que a los niños,
más que a los campos que planté con mis manos,
más que a la plegaria de la mañana o que a la paz,
más que a nuestros alimentos.
Te amo más que al amor o a la alegría o a la vida entera.
Te amo más que a Dios.

Y esto lo dice una cristiana convencida, para más enjundia.



Posteriormente también podemos hablar de la versión cómica de Mel brocks, pero tampoco nos aporta nada al post, en cuanto que no nos dice nada del personaje que no sepamos ya, simplemente se limita a hacer parodia, eso sí, muy divertida.
Damos otro salto hasta 1991, año en el que se estrena la película de Kevin Reynolds, con Kevin Costner como protagonista. "Robin Hood, el príncipe de los ladrones". Es verdad que resultó un éxito de taquilla y tenía un enorme plantel, ni más ni menos que Allan Rickman, Mary  Elizabeth Mastrantonio, Christian Slater, Morgan Freeman y el mismo Sean Connery, en un guiño a la larga historia de adaptaciones del personaje.
Pero lo cierto es que pese al resultado espectacular en alguna ocasión, no deja de ser una adaptación que ha despilfarrado un montón de pasta en cosas externas, como la popularidad de Costner, que estaba en el huracán de la fama con el periplo de premios de "Bailando con lobos". Podría tener más profundidad, pero aun así, hay muchos logros. Lo mejor de esta película pienso que fueron los vestuarios, puesta en escena y ambientación. También quedó muy lograda la banda sonora y la aportación de Brian Adams (Everything I do, I do it for you). Y algunos planos secuencia o cámaras lenta, como el disparo de la flecha encnedida en fuego.






Por otra parte, esta película aborda de forma distinta algunos aspectos de los personajes. Situa a Robin en las cruzadas. Morgan Freeman es un compañero que le ayuda a escapar. Ciertamente tiene una carga más dramática que la del 39, pero la sensación de aventura es menor.
Por medio ha habido adaptaciones televisivas y demás, en forma de telefilme o de serie de televisión, hasta llegar al 2010, cuando se estrenó la versión de Robin Hood de Ridley Scott.
De esta película os hablaré menos porque es muy reciente, sólo resaltar las diferencias con las anteriores.
En un principio me pareció bien que Scott se aproximase más al personaje dejando atrás aspectos cuasi mitológicos. Que hiciese a un Hood más humano y visceral, pero tampoco puede ser una continua batalla contra el mito, sin licencia alguna. En este sentido pienso que se queda algo seca para mi gusto, aunque debo confesar que Scott es una de mis debilidades, es decir que no voy a hablar más.



4 comentarios:

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Emilio, me has dejado impresionado con el análisis robinhoodiano de la entrada, sí señor. A mi el que más me gusta es el clásico de las mallas verdes de Errol Flynn, típico ejemplo de cine de aventuras bien hecho con nuestro apuesto y carismático líder ejerciendo el rol que le corresponde. Y mi segunda apuesta es la desmitificación de la leyenda, el relato más humano y crepuscular de "Robin y Marian".

Un saludo

Emilio José Pazos Brenlla dijo...

Sí, como en Mayo he estado muy ocupado y ya sabía que no iba a poder escribir nada, pensé ya en una entrada larga para Junio, eso es todo. Gracias.

Javier Simpson dijo...

Robin Hood tiene un algo de Espartaco en lo de rebelarse contra las injusticias del poder político y luchar armas en mano contra la injusticia, aunque en la apuesta tenga casi todas las de perder. Sin embargo hay ciertas diferencias en otro sentido ya que las épocas eran distintas; en una sociedad había esclavitud y en la otra no, aunque los siervos fueran casi como esclavos en la práctica…

Famosas pelis son las de Douglas Fairbanks y la de Errol Flynn. Increíble que la de Fairbanks estuviera tanto tiempo desaparecida.
Me gusta sobremanera el color del Robin Hood de Errol Flynn. ¿Qué sería de sus mallas verdes sin este technicolor?
Muy buen aporte lo del color en estas pelis de la época, Emilio. Interesante.

Marian y Robin es otra apuesta. Aquí desaparece casi toda la aventura y nos metemos en lo íntimo.
La versión de Kevin Costner no me convenció demasiado, aunque comparándola con la de Ridley Scott es casi una obra maestra… quién lo podría decir???

Muy bueno el post, Emilio.
Un abrazo

Emilio José Pazos Brenlla dijo...

La pérdida de material de metraje de cine, en referecia hasta los años trenta, es muy común, de hecho hay algunas películas que se creen irrecuperables, y otras que se recuperaron pero con una calidad pésima. En realidad, para la época del cine mudo, aún no había esa concepción de séptimo arte, que perduraría a través de los años. Era simple divertimento.
Los materiales eran malos, pero con el tiempo se emperoraron muchísimo. Eso lo sabemos ahora, en aquel tiempo, todo parecía bien.
No había una cultura de almacenamiento de ese material, se fue aprendiendo con el tiempo y sobre los errores. Antes, los que se guardaban, padecían condiciones climáticas, humedad, polvo, etc...
En fin, tantos factores que es un milagro que se conservase tanto.

Un saludo.