martes, 8 de noviembre de 2011

DESAYUNO CON DIAMANTES



En marzo posteé la el musical de West side story, porque entre otras cosas celebraba su cincuenta aniversario, y también con motivo de esta celebración me parece oportuno hablar de  Desayuno con diamantes, este año que se celebra también su cincuentenario.
Esta cinta, conviene discernir que es ya un mito de Hollywood, aunque para algunos tenga algunas carencias, se ha sabido mantener en el ideario colectivo del público durante muchísimos años.
Aunque el guión es bueno, da la ligera impresión de que no deja una gran impronta, es decir, no impacta. Los acontecimientos se van encadenando sin muchos altos y bajos hasta el final. Esto obedece a que la adaptación cinematográfica hecha de la novela de Truman Capote, se edulcora un poco respecto a la acidez del mismo Capote, que en esto era un maestro.
Juzgo por lo demás innecesario hablar de las deficiencias del guión, en cuanto a que se huele a una milla de distancia lo edulcorado del amor burgués, que sólo conectará existencialmente con aquellas personas que comulgan con esa idea de amor maniqueista.
Quiero que sepáis, que aunque yo he dicho esto, considero que es también uno de sus grandes atractivos, me refiero a que en aquella época dorada de Hollywood, donde imperaba el star system y las historias gozaban de un alto grado de maniqueo, esta película se convirtió en un icono de entender la vida, para un sector de la sociedad americana. Además es tan ideal, que muchas veces oculta la frustración del sueño americano. Por otro lado también queda ocultada la mordaz cruel visión de una vida que se va a la mierda, por la prostitución, aunque sea de alto standing y  Audrey Hepburn con su porte angelical nos lleve a una ñoña y cándida visión de la protagonista.


En esto infiero que es más que una película, en realidad es una estética. Creo que en estos términos definiría el porqué de una fábula que responde a una necesidad de vivir por encima de nuestras posibilidades, también lo considero un reflejo de la nueva sociedad que surgiría en nuestro tiempo.
Hablar de su puesta en escena es espectacular, en el sentido del estereotipo y convencionalismo de sus personajes que en algún caso se exageran y caricaturizan, dejadme pensar que apropósito, para conseguir ese tono onírico. Por poner un ejemplo, el millonario brasileño, que además es medio español y banderillero para más inri.
Todo esto me sirve para volver sobre mis pasos y redimir al guionista, porque en realidad los verdaderos fallos de guión no son tales, está contada deliberadamente de esta forma. Y Blake Edwards, un genio del cine de humor también lo ha dejado así, porque estoy seguro de que si intentase hacer una comedia pura, saldrían gags mejores.
No es que quiera jugar con vosotros, pero os hice dar esta vuelta para entender mi posicionamiento delante de la película.


Como prenda de lo imperecedero siempre quedará en nuestra memoria la genial banda sonora hecha para la ocasión por Henri Mancini, del que destaca el tema "Moon river", tema que se pretendió doblar debido a que las dotes para el canto de la protagonista, no eran las mejore. Gracias a Dios, y en esto coincido con todo el mundo, es que al final no la doblaron y ha dejado un sabor más íntimo. Además, conecta con lo humano.
Además de la obra en sí, se traiciona a Capote en la actriz protagonista, porque Capote era de la idea de que Marilyn Monroe fuese la protagonista. Además por aquel entonces era la idea que se vendía de Marilyn, el lujo.” Un diamante para otro diamante”. Pero cuando la Paramount preguntó por su situación a la Fox, propietaria de su contrato en exclusividad, esta dijo que Marilyn era innegociable. La verdad es que la actriz quería hacer el papel, pero su contrato le impedía por motivos de imagen hacer el papel de prostituta.
Quizás Norma, nombre real de Marilyn, lo haría de maravilla, de hecho, pensando en ella, se me ocurre, que la inocencia unida con la picardía es su personaje fuerte, donde ella muestra todo su potencial y sensualidad, pero por otra parte, también llego a la conclusión de que los estudios explotarían la parte más lujuriosa de la actriz, y el personaje adquiriría un cariz menos glamuroso, y todo aquello por lo que hoy es conocida la cinta se vendría abajo.
Quizás, ahora, con el tiempo, podemos contemplar más acertada la elección de Audrey Hepburn. Una actriz por aquel entonces muy conocida por otros papeles, pero que por concepción se anteponían a este personaje de prostituta. En cambio, con el tono que le concedió Blake Edwards, la fragilidad del personaje elevaría al personaje a la categoría de mito.


El trabajo de Audrey Hepburn en este sentido es sensacional, porque entre otras cosas, ni ella misma se veía con capacidad para interpretar algo tan diferente de sus roles habituales en el cine. Además ella alegaba no tener mucha experiencia de haber alternado con el sexo masculino.
Ella llega a decir lo siguiente:

"No me parecía en nada a ella, pero sentía que podía ser Holly. Sabía que el personaje supondría un desafío y deseaba hacerlo. Siempre me pregunto si puse mucho en ese papel, tal vez debería haber sido un poco mas terrible. Pero en aquella época en que acababa de ser madre primeriza, eso era todo lo insensata que podía ser. Si hubiera sido una actriz del método....pero lo cierto es que no creía en el método, creía en un buen reparto. Y aún hoy no estoy completamente convencida de mi Holly.... es demasiado opuesta a mí.  El personaje creo que hubiera requerido a alguien extrovertido, yo soy introvertida".

Otra de los items a resaltar en Audrey, no es ella misma, si no el envoltorio con el que fue adornada su figura. Un lujo de los diseñadores de Givenchy, que fue elegido y continúa siendo el mejor vestido de la historia del cine, ahí es nada. Todos estos elementos ayudaron a configurar la idea del mito, un personje inundado de sofisticación, indeleble. Una imagen que no se volvería a repetir.
La película estuvo nominada para un total de cinco Oscars. Obtuvo los correspondientes a la mejor banda sonora para Henry Mancini y a la mejor canción. El oscar a la mejor actriz se lo llevó Sofía Loren ese años por "Dos mujeres", otro papelón en otro peliculón.
En resumen, para los amantes del cine, no es que Desayuno con diamantes sea una película impecable, pero se considera a este trabajo más que una película. Por eso quedará grabado siempre en nuestras mentes y corazones.

2 comentarios:

Cristina dijo...

Hola Emilio! Totalmente de acuerdo. Aunque no hay que desmerecer en absoluto la película en sí, lo cierto es que es más la estética que otra cosa lo que ha sobrevivido al paso del tiempo , la evidencia se encuentra en que tantos años después los estilismos y peinados de Audrey se siguen imitando.Dicen que Capote quedó bastante contrariado con la adaptación, tal vez la encontró demasiado edulcorada . Saludos

El Bueno de Cuttlas dijo...

Grandísima película, una de mis preferidas. Tanto por Audrey Hepburn como por todo el conjunto dirigido por Edwards. Leyendo artículos sobre la novela homónima de Truman Capote parece que el libro es mucho más ocuro y el personaje no encaja para nada con la figura de Hepburn, pero no me importa mucho la verdad.

Un saludo