Es una película sorprendente, con un efecto perturbador de gran calado. Sirve para conocer el fenómeno neonazi, sus fundamentos y sus fuentes históricas. Se centra en los perjuicios del odio racial y sus consecuencias. Toda en ella supone un alegato a la no violencia, sobre todo a esa sin razón provocada por las susceptibilidades del carné de identidad.
La factura de Tony Kaye es perfecta en su mensaje y sus formas a pesar de haber abusado de una vía fabulesca para descubrirnos la moraleja de la misma. En conciencia, eso es exactamente lo que rebaja el resultado final de la película tanto en cuanto estamos hablando de una crítica puramente cinéfila, sin ninguna connotación aparte del hecho de que didácticamente es una película recomendable al 100%. La presentación es honesta, de las más honestas que he visto. Una realidad marginal, pero que existe y todo el que entra en esta espiral se consumen por el odio. Refleja la presión social del entorno y la cerrazón a unas ideas obsoletas y nada beneficiosas para las personas. Las imágenes son impactantes y los diálogos cortan el aliento.
Los actores son fenomenales, sobre todo Norton, que gracias a esta película comenzó a aparecer en todas las quinielas y ha supuesto para él un trampolín inmejorable. También es cierto que la actuación del propio Norton dota de muchos quilates a la cinta. Su implicación fue máxima, consiguió ganar 15 kilos de músculo para adoptar la figura apolínea del protagonista. Su ilusión y deseo de que el proyecto saliese adelante le llevó a hacer su propio montaje de la cinta porque consideraba que el director se dilataba en el tiempo.
La relación entre Norton y Kaye, no fue de las mejores que digamos. Para empezar, Kaye no quería a Eduard para el papel, fue una imposición de los productores.(dicho sea de paso que, en ningún otro caso vi un acierto tal de los productores en detrimento del craso error del director)
Norton expuso una serie de condiciones casi inaceptables en las que él se hacía el protagonista de la cinta en lugar de su hermano pequeño, que en un principio se pensaba el protagonista. Al final logró que la trama de la película pivotase sobre él. Otro gran acierto del actor por el cual la película gana más cuerpo y sentido, nadie habría entendido esas posturas radicales en un chaval tan joven como el hermano. Norton 2 – Tony Kaye 0. Kaye lo pasó fatal y decidió en señal de protesta, cuando se enteró de que Norton pensaba hacer un montaje alternativo, firmar con un pseudónimo, pero el sindicato de directores no se lo permitió.
El director se valió de un rabino, un sacerdote católico y un monje budista para que opinaran sobre el montaje, por si tuviera que cambiar algo.
El personaje de Seth, el amigo gordo de Derek, lleva tatuado el emblema de un grupo llamado Anti-heroe, que no es nazi, y que posteriormente denunció la película.
El mismo personaje, llevaba una camiseta con el número 88, que es una especie de codigo nazi “HH”, “Heil Hitler”, la h viene siendo la octava letra del abecedario y son 88 los preceptos por los que tenían que regirse estas gentes. Podéis quitar conclusiones, pocas cosas quedan al azar.
El personaje de Cámeron Alexander tiene raices en la realidad. Está basado en la vida de un extremista, líder de una facción neonazi en el sur de California, su nombre es Tom Metzger.
Marlon Brando rechazó el papel de Cámeron Alexander
La cafetería donde desayunan los protagonistas, curiosamente sólo se abrió para la filmación de la película.
La cita con la que concluye la película y que pronuncia Danny, es del discurso inaugural de Abraham Lincoln en 1861.
Hay películas que se saborean y disfrutan justo después de verlas, y eso no está mal, pero que nada mal. Por lo que a mí respecta esta película es algo más. Se disfruta en el mismo instante que momentos geniales de la cinta permeabilizan zonas profundas de nuestro ser, y las llevamos como segunda piel que recubre el corazón.
URL: http://www.youtube.com/watch?v=iwTXCSsW1hk