sábado, 14 de marzo de 2009


LA EDAD DE LA INOCENCIA


Scorsese, es el pintor de los sentimientos en el cine de los últimos 30 años. Nadie como él se ha habituado a filmar nuestra angustia, miedos, soledad, pecados inconfesables, etcétera.
Normalmente utiliza como lienzo la sociedad neoyorkina, pero a lo largo de estas tres décadas, el mundo entero se ha convertido en neoyorquino, de algún modo, nos hemos homogenizado y estandarizado en el modelo norteamericano. Por eso, nos cautiva el cine de Scorsese, nos identificamos todos en un icono y el icono se convierte en estándar.
Lo curioso es que esta película combate precisamente el anquilosamiento de la sociedad y del individuo, las convenciones sociales, la hipocresía, la doble moral, la penalización del libre albedrío. Lo hace de una manera elegante, con fina ironía, con un lenguaje que se saborea ya diluido en cada plano, se van pasando las secuencias como las páginas de la novela de Edith Wharton, de la cual ha sido adaptada.
Es curioso que Martin Scorsese, haya optado por este proyecto que no me pega mucho con su “canon”, pero me alegro que nos regalase una película diferente. Amante de la cruda realidad y de la violencia en su estado puro, ha manejado con los tapujos requeridos para la ocasión, esta historia de violencia que subyace sobre los mismos cimientos de la sociedad y su complejo entramado de relaciones interpersonales.
Es obvio que aquí no hay cuchillos ni pistolas con un cañón más grande que mi brazo, pero... las miradas son tan afiladas que cortan y las insinuaciones pueden ser más destructivas que una escopeta recortada.
Daniel D. Lewis, fabuloso en el papel de Newland Archer, un hombre que se debate entre el amor verdadero y los rígidos códigos del ambiente en que fue criado. Es un poco ingenuo e incapaz de tomar decisiones maduras, se deja llevar por la hoguera de las pasiones a la que le arrastra la condesa Olenska.
La puesta en escena es portentosa y los movimientos de cámara, algo fuera de serie, sobre todo en la escena en la que Archer entra en el baile anual de una de las familias más potente y con más pompa del Nueva York de la época.
Se muy bien que a Scorsese se le encasilla en determinados temas como la violencia, la noche, la mafia… Pero también tiene películas como esta o Alicia ya no vive aquí, La última tentación de cristo, El rey de la comedia, New York New York, etcétera.

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