¿Qué decir de una obra maestra? ¿Qué de una genialidad jamás realizada sin parangón alguno?¿Qué poder decir de un genio como Kubrick? Absolutamente nada.¿Desagradable? Por supuesto, totalmente, pero eso ya se sabía ¿verdad? La Naranja mecánica, es una de esas películas imprescindibles en cualquier videoteca, en su época fue innovadora y aún hoy lo sigue siendo. Recibió un aluvión de críticas desde muchos sectores, pero aún así lo innegable es que es perfecta. Tanto a nivel técnico, como artístico.
La naranja mecánica es una película en la que la violencia es comparada con una danza, una danza macabra de sangre y odio. Kubrick hace de vidente y ve el futuro, lo escudriña tras sus gafas y predice un film, desgraciadamente, más que real.Una forma de rodar y montar una película de una forma muy novedosa, con grandes guiños a Eisenstein, y con una maestría insultante.
Esta cinta, es sin duda, una de las más odiadas y perseguidas por la censura en toda la historia del cine. Es prohibída en Inglaterra por un periodo de treinta años, con eso os digo todo. Solamente se ha podido ver después de 1999, tras la muerte de Stanley Kubrick.
La película es adaptada de una novela de Anthony Burgess, autor británico que hizo en su tiempo una obra atemporal, con un lenguaje propio, el “Nadsat”. Este tipo de jerga inventada para dotar a la historia de un aire futurista. Se supone que era una mezcla de inglés vulgar mezclado con términos rusos. Se desprende de esto que en un principio, la intención del autor era un futuro común entre Estados Unidos y Rusia, el final de la guerra fría y el comienzo de una era que traería sus nuevas problemáticas, en este caso, problemática social, unas nuevas generaciones alienadas del mundo y consagradas a satisfacer sus instintos, aunque fuesen de la más baja calaña.
Para ahondar más en esa problemática social, casi existencial que asola de manera personal al protagonista, habrá que argumentar que el título, tal como reza, es una trampa, una mentira encubierta. El título original de la película es "The Clockwork Orange". "orange", en inglés significa "naranja", pero en verdad proviene de otra palabra: "ourang", una palabra de Malasia donde Anthony Burgess vivió durante varios años. Esta palabra tiene otro significado y es el de "persona". De esta manera, el escritor hizo un juego de palabras, y realmente, lo que el título significa es "El hombre mecánico". Álex, después de aplicarle el tratamiento Ludovico, ya nunca podrá disponer de su libre albedrio, al menos no hasta los últimos fotogramas, y digo libre albedrio cuando me refiero a que antes hacía lo que le venía en gana, no respetaba las normas y convecionalismos sociales a los que los demás estamos sujetos y condicionados. Comenzó su camino hacia su lado mecánico.
En el último capítulo del libro, Alex, consigue dejar la Ultraviolencia por aburrimiento, pero esto era un borrón en opinión de Kubrick que lo cambió sin contar con el escritor, como hiciera con “Lolita” y “2001” Vladimir Nabokob y Arthur C. Clarke respectivamente. Esto lleva a Burgess a rechazar por completo la adaptación.
La primera parte de la película narra las peripecias de Alex y sus drugos, ese bar, con dispensadores de leche enrriquecida que mana de los senos de las mujeres, como símbolo de amantamiento, como símbolo de periodo sin problemas bajo los amorosas brazos de nuestras madres, donde se sacian nuestos deseos. Esas sesiones de ultrraviolencia, la violación de mujeres, luchas entre clanes, conducción temeraria, son pasos que se van dando hacia la escena, más fuerte y en mi opinión una de las mejores de la cinta. Me refiero a la violación y asesinato de la mujer des escritor mientras el tiene que presenciar impertérrito todo el grotesco cuadro. Kubrick, nos tenía preparado una escena memorable por su sofisticación y por su perversa y retorcida forma de retratar la crudeza, la amoralidad, la falta de cualquier tipo de humanidad incluso antes de que Alex se convertiese en un hombre mecánico, por otra parte una opción muy acertada, pues no hay cambio en él a lo largo de la pelícuala, el único cambio es aparente y es fruto de nuestros prejuicios. Por otra parte, Malcom nos dejaría atonitos en su interpretación, pues se atreve a improvisar delante de Kubrick, ni más ni menos que de Kubrick, olé sus bemoles. Para los que conocemos un poco las obsesiones y manías del director sabemos que no le gustan nada este tipo descontroles. Es una persona que lo tiene medido todo hasta el último milímetro y si hacía falta insultaba y humillaba a los actores para sacar lo que quería o necesitaba de ellos. Cuando se comenzó a grabar la escena de la paliza en la violación, a Malcom le apeteció cantar “Singing in the rain”, el efecto fue brutal, hasta tal punto que ni Kubrick objetó nada y nosotros ya no concebimos esa escena sin el famoso tarareado. Años después del estreno de la película, McDowell dijo: "Durante el rodaje de La Naranja Mecánica amé y odié a Kubrick al mismo tiempo. Pero creo que la calidad humana de Kubrick no está a la altura de su talento. Se comportaba con los actores como el más terrible de los tiranos"
La segunda parte de la cinta, es precisamente la de la detención y excarcelación del protagonista sometiendolo a una conducta deterinada inducida por estímulos, tal y como puede ser el ejemplo de Paulov. También esta parte tiene su intríngulis, porque crea ciertas paradojas, como por ejemplo, un sistema de reinserción social que lucha contra la violencia a base se violencia o imágenes violentas. La gran complejidad del caso a tratar nos ciega, pero Alex es un individuo de una gran inteligencia que no siente remordimientos por lo que hace En este, como en la mayoría de los casos, lo más adecuado sería la prevención. Lo que desde luego no es acertado es llevar al individuo justo al extremo contrario de donde viene.
Tambien pone de relieve el tema central de la película, el caso en que nos podemos ver privados de nuestra humanidad, si nos privan de nuestra libertad, o nos vetan la capacidad de elegir libremente.
La intemporalidad de la película es uno de los rasgos que más destacan en el filme. Su tema central (la pérdida de libertades a cambio de una mayor seguridad y una reducción de la delincuencia) es plenamente actual. Preguntádselo a cualquier ciudadano de NorteAmérica.
La naranja mecánica presenta algunas innovaciones en el aspecto técnico como el empleo de lentes más rápidos, cámaras ligeras de mano, y unos micrófonos que permitieron no tener que volver a grabar diálogo en estudio. nuevos equipos de iluminación que le permitió a Kubrick girar la cámara en cualquier dirección sin preocuparse por que saliesen en escenas objetos de iluminación indeseados.
La parte final de la película es la más paradógica, y una auténtica obra de orfebrería, pues dice y se desdice continuamente, cambiando buenos por malos y viceversa. ¿Quién es más cruel?, ¿El estado o Alex?, ¿Alex o el escritor? El estado en su afán de hacer políticas sociales reinsertando a la masa carcelaria mediante un nuevo método que revolucionará el estudio de la conducta humana, causa unas secuelas en uno de sus conejitos de índias. Alex, por su parte, después de salir de prisión lobotomizado, alienado de si mísmo, se topa de bruces con las consecuencias de su vida anterior. Recoge de los vientos de otoros tiempos, tempestades. Acaba postrado en una cama donde lo colman de atenciones. En otro tiempo, el deplorable Alex no se podía imaginar que el estado, sea desprestigiado de tal forma, que parezca incluso más despreciable que él. Claro está que la concepción de la historia que hace Kubrick, salpicada por el cristianismo, no iba a dejar que el malo se saliese con la suya. Tampoco avogaría por una salida honorable para el estado. Hasta aquí se cumple el guión, pero derrepente en los últimos momentos de la película nos lo vuelve a romper y retorcer para configuran un nuevo escenario, pues la mirada de Alex, después de que lo curasen del tratamiento Ludovico, es la de quién libre de presiones y condicionamientos vuelve a ser lo que en esencia es. Las cosas nunca son como parecen, y no es verdad que el personaje de Malcom es solo un mecanizado sadista sin elección, sino que prefiere el sadismo y sabe que puede obtenerlo a pesar de todo.
La verdadera obsesión del director en todo esto era la de compadecer y memitizarnos con el protagonista. Consigue deshumanizar a Alex, con lo que humaniza a la sociedad que le ataca. Es una fina ironía, ya que en teoría nos parece más loable humanizarnos, aunque la inteligencia de Kubrick fue un paso más allá, pues al dotar de humanidad a la sociedad, la dota de crueldad, cosa que no pasa con Alex que lleva el signo de la inpersonalidad grabado en la frente, como si no tueviese otra responsabilidad, como si no se le pudiesen repudiar acciones o pedir cuentas. De una manera casi imperceptible pasa de ser un verdugo a una víctima sin que lo advirtamos, y sopesemos los porqués.
¿Por qué no iba a ser violento Alex?, desde luego la sociedad actua de forma cruel, no es ninguna panacea de justicia y ecuanimidad. ¿Cuál es la justificación que esgrimiremos para pedir una sociedad civilizada si luego somos los primeros que nos conducimos como verdaderos hipocritas? Quizás, Kubrick no haga una llamada con un movimiento incipiente en aquella época, si no a la contestación o como vamos acoger todos los cambios en el contexto de una sociedad verdaderamente civilizada.
Si lo analizamos a fondo, más bien semeja una comedia, la comedia humana. El sempiterno problema de colocar el bien y el mal en una balanza. El problema de encontrar una justicia ponderada y universal, y todo ello sin perder el rasgo característico que nos diferencia de las bestias, el “Logos”
En este sentido, Kubrick fue un adelantado a su tiempo, pues en esta época en la que nos hallamos, estamos ante unos brotes esporádicos de una camada de jóvenes que se declaran nihilistas, que después de tanta diversificación ya no saben a qué dedicarse.
Indudablemente soy un confeso fanático de Kubrick, aún así este escrito no pretende parecer una mera adulación sin argumentos, pero puedo decir que "La naranja mecánica" revela algunos misterios que atormentan la existencia de la sociedad actual con múltiples metáforas y secuencias audaces y viscerales.
Simplemente, Kubrick.
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