Estaba destinada a convertirse en la piedra angular de una trilogía que narraría la historia de la violencia en Norteamérica a comienzos del siglo XX.
"El ritmo de la película pretendía crear la sensación de los últimos jadeos que da una persona justo antes de morir. Hasta que llegó su hora era de principio a fin, una danza de muerte. Todos los personajes del film, con la excepción de Claudia Cardinale, son conscientes del hecho de que no llegarán al final con vida"
Esta es la mejor muestra de cine que nos presenta Leone, junto a “Erase una vez América”. Creo que a Leone lo encasillaron muy pronto, sobre todos los puristas y patriotas del cine americano, porque venía a representar la desmitificación y la intoxicación del género western. Además es un género genuinamente americano, ellos sentaban las bases de lo que era un westen.
En cierto modo si dejamos los perjuicios a un lado, Sergio Leone reinventó el género de las películas de vaqueros. El viejo Oeste tenía hombre que luchaban con honor, incluso con cierta caballerosidad. Los malos eran los mafiosos de los pueblos o los scheriff corruptos, o los indios nativos que no eran concebidos en su inmensa mayoría como salvajes y “asaltacarretas”.
La trilogía de los dólares hecha con Eastwood es hasta cierto punto de vista paradógica, porque lanzó al estrellato a Eastwood y le confirió a Leone una aurea de director paródico del género. Pero nada más lejos de la realidad, porque Eastwood, luego de estar ese tiempo con Leone del que aprendió una barbaridad, se reveló como un excelente director de western. No hace falta ver más que el increíble éxito de sin perdón en 1992.
Por su parte Leone disiparía las dudas de todos con esta película, que és enorme, quizás uno de los westerns mejores que ha dado la historia del cine, de un tono elegiaco descomunal, casi se puede palpar la tragedia griega, los personajes van confluyendo en un único destino que no podía ser otro que la muerte. El cóctel que prepara el director es dinamita pura, potencialmente volátil. Aúna codicia, rabia, ira, venganza, presunción, bondad… ¿Quién no querría ver este espectáculo?
Los famoso planos detalle, sobre todo del rostro y más en concreto de los ojos de los actores son muy útiles para retratar las intenciones de los protagonistas. El caso más claro es el de Henrry Fonda, que en principio Leone no quería contratar. Bueno o sí, es decir, lo quería contratar a toda costa, incluso Fonda rechazó el papel en un primer momento. Leone siguió insistiendo para contratarlo porque como os dije en algún post en el que hablaba de Fonda, (véase 12 HOMBRES SIN PIEDAD o LAS UVAS DE LA IRA publicados en este mismo blog), representaba el prototipo de hombre honrrado. El público al verle diría, ahí esta Henrry Fonda, el hombre más honrrado. Pero quería su participación para que hiciese el papel de uno de los peores villanos de la historia. Quería ese efecto perturbador, casi un shock y de paso mandarle un recadito a esos puristas del western que tanto habían hablado sobre él y el spaghetti western.
El problema emergió cuando Fonda aceptó seducido por poder hacer por fin un digno personaje de canalla con todas las letras. Cogió un avión y se presentó en los estudios de Cinecittà en Roma. La cara de Sergio Leone cambió en cuanto le vió presentarse, de repente, con todas esas canas, Fonda parecía demasiado viejo para interpretar el papel, sobre todo para una escena crucial en la que tenía que aparecer más joven. Donde ajusticiaban al familiar del personaje que interpreta Charles Bronson.
El caso es que mientras pensaba algo como una excusa o cualquier desgracia que pudiese alejar a Fonda de la producción lo envió a vestirse y maquillarse para las pruebas de cámara. La sorpresa fue cuando apareció ya caracterizado y vestido con ese modelo gris y esa suciedad en la cara, de repente infundía miedo sólo con la mirada. Leone pensaría, ¡coño, mira tu por dónde!. Para la escena donde salía más joven utilizarían un tinte para el pelo, porque el cutis estaba igual de sucio y con barba de tres días.
El problema emergió cuando Fonda aceptó seducido por poder hacer por fin un digno personaje de canalla con todas las letras. Cogió un avión y se presentó en los estudios de Cinecittà en Roma. La cara de Sergio Leone cambió en cuanto le vió presentarse, de repente, con todas esas canas, Fonda parecía demasiado viejo para interpretar el papel, sobre todo para una escena crucial en la que tenía que aparecer más joven. Donde ajusticiaban al familiar del personaje que interpreta Charles Bronson.
El caso es que mientras pensaba algo como una excusa o cualquier desgracia que pudiese alejar a Fonda de la producción lo envió a vestirse y maquillarse para las pruebas de cámara. La sorpresa fue cuando apareció ya caracterizado y vestido con ese modelo gris y esa suciedad en la cara, de repente infundía miedo sólo con la mirada. Leone pensaría, ¡coño, mira tu por dónde!. Para la escena donde salía más joven utilizarían un tinte para el pelo, porque el cutis estaba igual de sucio y con barba de tres días.
El problema principal era arreglar el personaje de Frank, núcleo por el que circula toda la trama. Aunque hay otro personaje más misterioso por detrás, un empresario ferroviario que contratará a Fonda para hacerse con unos terrenos. El caso es que la construcción del pesonaje de Morton, interpretado por Gabriele Ferzetti (Yo personalmente le llamo el señor Chu-Chú, por lo del tren) es una obra de ingeniería de guión, además muy medido, porque sus defectos físicos dejan a la historia libre de sus aparciones a nos ser deseo expreso del guionista y la historia. Si no habéis visto la película cuando la visionéis os daréis cuenta de que es muy particular e inteligente su incursión en la película.
Como también lo es el personaje de Bronson, Armónica, que además de ser una suerte de narrador, porque la venganza que recorre por toda la película tiene más presencia por sus venas. Pero su forma de actuar es totalmente paradógica y anodina, con lo cual confunde más a la gente y guarda su halo de misticismo que se desvela en el clímax final.
Luego hay dos personajes que equilibran los polos opuestos que son Fonda y Bronson. Uno es el bandido Cheyenne, interpretado por Jason Robards y Jill, la viuda del propietario asesinado recientemente, interpretada por una bellísima Claudia Cardinale.
Cheyenne es un chivo espiatorio para Frank, alguien que necesita para sus planes, porque la verdad es que Cheyenne es un forajido pero con corazón, tiene principios y una cierta sensibilidad que lo llevará a conectar más con Jill. La elegancia de este actor británico es descomunal, su procendencia del teatro le da una solvencia y una presencia tremenda. Fijaos solamente en la entrada de su personaje en escena. Esa elegancia y ese desarrollo natural habla de un gran actor.
Y jill es el vértice del póker de cuatro ases de esta película, lo que no se sabe muy bien, es porque los encargados de la historia, que son tres pesos pesados como Bernardo Bertolucci, Darío Argento y el propio Leone pusieron ahí una única mujer entre tanto ganado masculino. Entendedme, quiero decir, que sí, ha tenido que adaptar su personalidad femenina, y volverse una mujer de armas tomar, una dama de hierro que caracterizan a todas las mujeres que en una época evidentemente machista alzaron su voz para sostener su dignidad. Pero aparentemente, después de la muerte del marido, no le queda mucho por lo que luchar, o almenos no se deja ver más su rol si no es con el pretexto de interaccionar con los otros tres protagonistas, en sus tramas y propósitos, nunca, hasta el final nos preguntamos por los propósitos de Jill, unicamente al final. Para mí es uno de los pocos puntos débiles de la película.
Estos son todos los personajes, pero lo que poca gente sabe es la idea retorcida que albergaba Sergio Leone en esa mente oscura y genial. La verdad es que el con esta película quería matar simbolicamente el spaghetti western. Su idea era matar el símbolo, con lo que quería contratar a Clint Eastwood, Lee van cleef y Eli Wallach, si os dáis cuenta, son el trío de protagonistas de "El bueno, el feo y el malo" (Il buono, il brutto, il cattivo). Y en la escena inicial caen tres bandidos a manos de Armónica en la estación, esa escena que luego se incluyó, era unicamente para ese propósito, dar muerte al símbolo a los tres minutos de película. Por suerte o por fortuna, Clint Eastwood declinó la oferta, porque pensaba que de alguna manera era negarse a sí mismo. La negativa decepcionó un poco a Leone, porque el había buscado esta opción como una reivindicación como artísta, no director de oficio italiano que hace western violento y bastardo.
El director estaba presionado de alguna manera por la Paramount Pictures, que viendo lo ajustado del presupuesto con el que contaba para la trilogía de los dólares les llenaba las arcas a la productora. Aunque Leone tenía en mente ya otro proyecto que sería "Érase una vez América", que sería una historia de gungsters que narraba la historia violenta de los años 20 y 30. La Paramount picture quería explotar a la gallina de los huevos de oro y dijo que de gungsters nada, otra más del oeste y luego le financiarían la que tenía en mente.
El duelo final quita el aliento, si quieres ver un clímax elegiaco, un duelo de pistolas como ningún otro, un uno contra uno sin paliativo ni paños calientes, con toda su carga dramática, esta es tu escena y esta tu película. No busques más. Toda la rabia, la sed de venganza, la codicia, se encuentran aquí, en los ojos y las gotas de sudor de los protagonistas frente a frente. No en vano, has esperado tres horas de reloj para llegar aquí, y aquí es donde tienes que vivir, es tu momento, que no te lo arrebate nadie.
Ennio Morricone ofrece la banda sonora de nuevo, pero esta vez su contribución es si cabe más compenetrada con el director. Todos los personajes principales tienen su propio tema (uno de ellos es en realidad un punto de la trama en sí mismo) Este tema se repite desde el principio hasta el final, es la muerte espectante, a cobrar su deuda, su sed de venganza se saciará tarde o temprano.
Usa en alguno de los temas guitarra eléctrica, que para el western de 1968, era un poco atípico, pero le quedó como anillo al dedo, sobre todo en la escena donde se asesina a la família entera. La cámara va rodeando a Fonda mientras se van sucediando las notas de esa melodía maléfica y de repente vemos la cara de Fonda.
En esto uno de sus secuaces dice:
-¿Qué hacemos con éste niño... Frank?
-Ya que has pronunciado mi nombre...
No se puede ser más cabrón, cuando aparece su personaje en escena, y la película sólo acaba de comenzar. Grande, grande. Para todos los amentes del westeren que aún no vieran, se la recomiendo encarecidamente.
Para finalizar os dejo una batería de perlas. Y el clímax final en Youtube. A D V E R T E N C I A Quien no haya visto la película que se abstenga de ver este video porque lo mejor es verlo con la película para comprender en toda su carga dramatica, la belleza del final de Hasta que llegó su hora.
-Que Dios te tenga en su gloria McBain, aunque tenga que esforzarse para quitarle tu alma al diablo.
"La gente se asusta fácilmente cuando está muriendose"
SPOILER
http://www.youtube.com/watch?v=6wkG28woS-4&feature=related
SPOILER
http://www.youtube.com/watch?v=6wkG28woS-4&feature=related
1 comentario:
Estoy totalmente de acuerdo con tu crítica Emilio, es de los mejores ejercicios de cine que hace Leone junto a Érase una vez en América. Pienso que no tiene tanto reconocimiento porque como western, como género, posiblemente sean mejores la trilogía del dólar, a pesar de que como película independiente ésta les da vueltas.
Un saludo
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