"Película monumental, cima del genio del maestro Kurosawa, de sublime belleza plástica e inimitable potencia narrativa" (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
Una de las películas más célebres de Akira Kurosawa. Sí, lo sé, 3 horas y media de película, pero que importa, cuando te están contando una historia de aventuras y además nos deja unas enseñanzas tan ricas en cultura oriental, que aún hoy pueden ser provechosas para nosotros.
Para mí es una película donde se desgranan los personajes perfectamente a través de la trama. Porque todos los personajes no tienen la misma motivación para salvar a los campesinos, ni tienen los mismos valores, las mismas capacidades, la forma de ver la vida. Me impresiona como se vale de ellos para explicar la época del Japón feudal, sus costumbres, sus ideas, su contexto, sus sentimientos, etcétera.
Si nos fijamos bien, es una escuela de virtudes o de valores y vemos como todos ellos se integran en un grupo. Respeto, responsabilidad, compañerismo, humor, etcétera. Sus habilidades y personalidades son bastante diferentes, pero complementarias, están presentes desde la capacidad de liderazgo, la sabiduría del guerrero curtido en mil batallas, el descaro del joven que aspira a ser el mejor samurai de todos los tiempos y sólo sabe cortar leña, el alegre que siempre produce la unión del grupo. Si se piensa bien, no falta ni sobra una coma en esta mezcla casi perfecta.
Bien es cierto que los Ronin están hechos para la guerra, en periodos de paz se tienen que buscar las habichuelas con cualquier señor feudal o alquilar su espada para poder sobrevivir y casi siempre en algún asunto turbio al margen del código del Bushido, que era la primera directriz del samurai. Aquí, se dejan vender por una taza de arroz. Puede pensarse que una taza de arroz al día puede llegar para sobrevivir, pero el caso es que es un pago muy bajo por jugarse la vida. De esta forma, los samurais acuden al rescate de los campesinos por motivos que tiene que ver con su conciencia, ellos sienten que los conflictos no se solucionarán por si solos si los hombres buenos no hacen nada contra la codicia y el mal obrar de unos cuantos miserables, vamos, un ejercicio de crítica contra el poder tiránico ejercido por unos cuantos erigidos en dictadores (shogun, en Japón) y señores feudales encarnados en unos forajidos.
Los siete samurais añaden alguna nueva forma de utilización de la técnica en el cine. El stop motion tan presente en las películas de Tim Burton, ya lo hacía Kurosawa con imágenes reales. Era ya una técnica inventada, que fue muy útil para películas como King kong (1933), pero hasta la época era hacerlo a partir de objetos inanimados fotografiándolos frame a frame. Es una innovació importante, porque acerlera las escenas de acción y sobre todo las de luchas y combates, que en esta cinta son importantes. También existe otra innovación bastante importante, que es el uso de varias cámaras para planos similares, es decir, un panorámico, un plano medio y un primer plano. Es muy utilizado en el Manga y en el cine actual, sobre todo en el género de acción o artes marciales, como ejemplo: Kill Hill.
Como ya viene siendo natural cuando se habla de cualquier trabajo de Kurosawa, siempre hay una adaptación más actual que viene a dejar el trabajo del director Nipón en el olvido. Por desgracia, es penoso que “Los siete magníficos”, adaptación de John sturges, haga olvidar la original. Cualquiera persona que no domine algo de cine, le sonarán los siete magnificos, pero no sabrá de lo que le hablan si le nombran los siete samurais. Es una pena, y con Kurosawa no es el único caso, “Yojimbo” dio lugar a “Por un puñado de dólares”, “La fortaleza escondida” dio lugar a “Star Wars”. Inluso Pixar, a la que no le gustan las adaptaciones. Pero cuando las hace, vaya que elige bien los modelos. Lo hizo en el 98, cuando tomó prestada la premisa central de Los 7 Samurái de Kurosawa (nada menos), para armar el esqueleto de Bichos.
También es cierto que Kurosawa, cuando pensaba en sus proyectos no eran precisamente castillos que hacía en el aire, “Trono de sangre” es el Macbeth de Shakespeare en versión japonesa, y “Ran” de Kurosawa es una adaptación de “Rey Lear”.