Pese a que Pier Paolo Pasolini, el director de la cinta, se declara ateo, reinvindica la figura de Jesús de Nazaret como modelo de hombre, de vida sincera y entregada que trascendía lo ordinario y lo estrictamente humano. Para el fue una figura inspiradora. Confiesa que lo turbó. Se leyó el evangelio según san Mateo, preparando una visita del Papa, y comprendió la necesidad de hacer algo con todo eso.
Después hizo un viaje por lo lugares santos, Nazaret, Jerusalén, el río Jordán, el monte Tabor, el lago de Genesaret, en fin, distintos sitios de un itinerario hecho por otro hombre hace ya más de dos mil años. Si hoy me preguntan por esta ida de olla de Pier Paolo, pues no sé muy bien que contestar, pues es increíble que quisiese hacer una película de este corte, para más cuando fue censurado, juzgado y condenado por un corto que dirigió en el que aparecía el gran Orson Welles y que también estaba relacionado con los orígenes del cristianismo. El título del corto era “La ricotta”.
Pese a todo El evangelio según san Mateo tuvo gran aceptación con lo que una por otra. Y no me estraña que tuviese tanta aceptación, porque es si cabe la representación más neorrealista de la figura de Jesús, con eso no digo que sea acertada, pero al menos nos presenta una figura del Jesús histórico desde una sencillez y una carestía de medios que podría comulgar completamente con la época y el movimiento del cine italiano.
Le conmovió la sencillez del texto evangélico, y su carácter rebelde, su carácter provocativo y transgresor, igual hoy en día, si estamos un poco pez en la lectura de la Biblia , no nos dirá nada esto, pero si es importante para el propósito del que quiero hablaros, pues es bien conocida la condición homosexual y marxista del director. Entonces no se hace difícil leer entre líneas. Para Pier Paolo Pasolini, fue un encuentro muy fuerte el que tuvo con Jesús. Aunque no profese la misma fe, si que se percató de la libertad que traía Jesús consigo, ese testimonio de autenticidad, sin esconderse de los demás por todo aquello que es o quiere ser, conquistó a Pasolini. Por eso creo que fue lo que intentó plasmar en la película.
Su idea, la sencillez y la inmediatez de los personajes del texto. La manera de obrar fue la siguiente: Preocupado por el presupuesto, pues no era muy abultado, y no podía arriesgar más en ese tipo de temas, porque los estudios sabían que ya había tenido problemas con la iglesia, cambia de idea y usa unas localizaciones en Italia semejantes a las de tierra santa. Al final no pudo usar nada del viaje a los santos lugares para la película, pero hizo un documental “Localizaciones en Palestina para el evanglio según San Mateo”.
La siguiente idea fue buscar a su madre, para ser fiel al movimiento, y en verdad para él representaba a la perfección de la figura materna de la Virgen María. Con lo que contrató a su madre para que hiciese de madre de todos los hombres.
Pero faltaba la pieza más importante, Jesús de Nazaret. Pier Paolo, estaba meditando contratar a un actor alemán, cosa que iría en contra del neorrealismo, pero también comprendía que encarnar el papel de Jesús, requería de una cierta presencia como actor y una solvencia capaz, en la que no confiaba que le aportaría personas ajenas al mundillo, que la mayor responsabilidad que ha tenido en una producción ha sido una figuración con frase. Aunque las cosas parecían tener mala pinta, porque es un despropósito y una incoherencia que en la producción de un filme neorrealista, el personaje que tendría que mostrar mayor honestidad, para mas INRI, justamente Jesús de Nazaret, fuese un actor profesional.
Una vez más se alineó la providencia, y se encontró con un estudiante español, un tal Enrique Irazoqui, que aceptó la proposición de encarnar a Jesús. Pasolini supo en cuanto le hechó el ojo, que ese debía ser su actor.
Se encontró también con problemas para los papeles de los fariseos ya que la gente consideraba que representar tal papel era denigrante, incluso ofensivo. Todo esto se entiende y se enmarca en un grupo de gente ajena a la interpretación, que no goza ni da valor al hecho de representar a personajes que de buenas a primeras no son un manojo de virtudes.
Este Jesús que presenta Pasolini, no es consciente de su propia divinidad, ni de su trágica muerte. Tampoco se siente el salvador de los hombres. El Jesús que presenta Pasolini, es un personje más rupestre, y la visión que nos ofrece de él, es limitada, como la que pudieron tener los apóstoles después de la cruz. Y es que esa imagen de Jesús mitificado como en Hollywood solían pintarlo (“La historia más grande jamás contada”) dejaba escapar otros matices que brillan con luz propia en la versión del director italiano, pues era poeta y este era su tercer largo, el rodaje fue a salto de caballo, medio improvisado, y hasta mejor que así fuera porque deja imperfecciones que embellecen el resultado final. Hay errores de raccord, desenfoques, desencuadres. Incluso nos ha dejado un Jesús que puede balbucear, no es que a mi me guste un Jesús con imperfecciones, pero no creo que hacer un ídolo perfecto sea un idea mejor para representar a un personaje que buscaba todo lo contrario, acogía de mejor grado a aquellos más necesitados, no los concebía como defectuosos.
Una de las cosas que más impresionan con esta cinta es como se pueden decir tantas cosas con las mínimas expresiones, a mí es algo que me gusta muchísimo, porque busco lo orgánico de las interpretaciones.
PIER PAOLO PASOLINI
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