martes, 7 de septiembre de 2010

LOS MEJORES DIRECTORES_PARTE_4




CLINT EASTWOOD… CONTINUACIÓN.

Perdonad que los post de directores sean como entregas de novelas policiacas, sé que es un fastidio, pero pido un poco de comprensión porque para mí, escribir en este blog supone un hobbie, y no puedo dedicarle todo el tiempo que quisiese. Como podeis comprobar, estos post son de naturaleza más amplia, con lo que me cuesta un poquito más el dedicarme a ellos. Quise hacerlos casi seguidos, los de Clint Eastwood, pero como vi que no llegaba puse unas cuantas pelis por medio. Además como veo en el contador de visitas, ya sois unos cuantos los que leéis el blog, eso ya es motivación suficiente como para continuar.

Gracias a todos y espero que os continue gustando.

Como iba diciendo en el anterior post, la crítica feroz de Paulin Kael, del “New yorker” causó tanta impresión en Clint Eastwood, que hizo leer el texto entero a un psicoanalista para que le pudiese ayudar. Yo no sé si el psicoanalista le ayudó o no, lo cierto es que a partir de esta época Eastwood tomará las riendas de su destino, emprenderá una cruzada con mayor o menor suerte en pos de cambiar esa imagen e intentar por todos los medios que lo valoren por su talento artístico.

 DETRÁS DE LAS CÁMARAS Y EN LOS DESPACHOS.

Una de las primeras iniciativas sería meter baza en el guión de “Harry, el fuerte”, segunda película de la saga del policia. Como en la primera película, el inspector Callaham, un tipo duro sin demasiados escrúpulos, lucha contra el crimen pero a su manera, y digamos que no era una forma muy limpia de erradicar el crimen. En esta segunda, Callaham se distancia del justiciero rabioso y se diferencia de los criminales con lo que podríamos denominar como un código que va humanizando al personaje. Se lo podía permitir porque él era el alma de la producción, esa aurea de duro le sirvió para conseguir el papel, hasta entonces no le fue mal, pero era hora de cambiar y Harry era la clavija. John Wayne desechó el papel antes de que se lo ofreciesen a Eastwood, luego se arrepintió, pues Harry creó escuela, otras cintas imitarán su estilo, “Arma letal”, aunque ninguna guarde ese toque rebelde como Harry. Luego John Wayne quiso enmendar el roto fabricando ese bodrio de “Brannigan”.


Parece que el paso de tomar las riendas le gustó a Eastwood, había formado anteriormente una sociedad de producción llamada “Malpaso”, seguro que la conoceis porque se conserva hasta nuestros días, aún las películas de Eastwood como “Gran Torino” llevan la factura de esta sociedad de producción. La sociedad viene funcionando desde 1967, vamos que lleva casi 45 años haciendo cine, ahí es nada.
Las cosas empiezan a cambiar, pero aún es reconocido por facha, y tiene fama de misógino y machista a raíz de las pelis de Leone. No era verdad, pero a Eastwood todo esto le encabronaba. No sé si siempre tomó la opción más inteligente, porque cada proyecto que emprendía, era como la reacción o la respuesta a una critica infundada. Por todo ello dije antes que lo que estaba haciendo era emprender una cruzada. Eastwood comenzó proyectos entonces incorporando a sus producciones género femenino, que además cobraba un protagonimo inusitado para el cine de aquella época, por ejemplo: Shirley Maclaine en “Dos mulas y una mujer”, hasta en el título se rebaja Eastwood, o en otra cinta con su amigo Don Siegel, “El seductor” con Geraldine Page, debe escaparse de una cárcel de mujeres, donde ellas dictan sus normas y donde él no se siente seguro. Blanco y en botella. Estoy seguro que por la forma de actuar de Eastwood, si en aquella época lo llamas niño rebotado, no sabría el final de su siguiente película, pero estoy seguro que sabría de que versaría.
En esos años Clint, conocería a Sondra Locke, mujer con la que compartiría trece años de su vida y protagonizaría poco más de una docena de películas.
Vuelve a rodar con Don Siegel su última película juntos, “Fuga de Alcatraz”, donde Clint resume lo que ha sido su lucha en estos últimos años por hacer su trabajo sin condicionaminetos. A partir de esto Eastwood comienza su carrera como director, ya había aprendido la labor de productor invirtiendo y haciendo sus proyectos y dirigió varias escenas de Harry bajo la atenta mirada de Don Siegel, que para él fue un mentor y un amigo.
Paradójicamente, su primer largometraje es “Escalofrio en la noche” en donde vemos a un director alejado de la imagen que sostuvo de actor, y junto a “Primavera en Otoño” podemos apreciar a un Eastwood sentimental, más cercano ya a los “Puentes de Madison”, pero ese mismo año, en 1973 dirige su primer western “Infierno de cobardes”, un poco rústico comparado con lo que haría posteriormente, y muy apegado con el estilo de Leone. Eastwood estaba convencido de que era una fórmula que funcionaría como había funcionado antes. Poco después hace una cinta de espías poco afortunada en taquilla “Licencia para matar”. El hechaba la culpa al departamento de publicidad de la Universal, porque pensaba que también anteriormente en “El seductor”, la productora no apostó todo lo que tenía que apostar por una película atípica que de otra manera se vería condenada al ostracismo. Cansado de todo esto, cuando comienza el proyecto de “El fuera de la ley”, coge los bártulos y se va de la Universal Picture a la Warner BROS. La Warner por aquel momento intentaba ayudar a jóvenes creadores, se arriesgaron mucho por tener a gente creativa y fuerea de lo normal, mirar casos como Stanley Kubrick o Martin Scorsese. Clint Eastwood podría tener más control sobre su trabajo y demostrar sus capacidades. Muestra de ello es esta película, “El fuera de la ley” en la que echa a Philip kaufman después de apenas dos semanas de trabajo. El toma las riendas y el control en las producciones en las que participa. No es la primera vez que pasa esto, ya os comenté en relación a otro post, que Marlon Brando hecho del plató a Stanley Kubrick en “El rostro impenetrable”. Benditos años en los que todo podía pasar. A propósito de esto os recomiendo un libro de cine hecho por Peter Biskind, “Moteros tranquilos, toros salvajes” la generación que cambió Hollywood.






En los siguientes años Eastwood protagonarizaría algunas cintas de calidad más bien pobre, pero la warner quería aprovechar el filón de taquilla que proporcionaba Eastwood, por ejemplo, “Duro de pelar”, repartiendo tortazos con un mono, le valió la segunda recaudación del año en estados unidos solo superado por Superman, quedando delante de apuestas seguras como Rocky II, Alien, o la excepcional película de Michael Cimino, El cazador. Eastwood ya era una estrella, poco importaba ya que hiciese bodrios, la gente pagaba en el cine por ver a Eastwood, por este motivo a Clint no le importó rodar dos años después una especie de secuela de Duro de pelar, “La gran pelea”. Todo esto calmó un poquito a Eastwood que ya se sentía un poco liberado para hacer sus propias cosas.
Con “Bronco Billy” se cierra una carpa y se abre otra, es como un cambio espectacular, aparece un Eastwood renacido de sus cenizas. Se ha puesto en la tesitura el patriotismo americano  post-Vietnam, un patriotismo idealizado y enfermo que no reconoce los valores de la variedad, más aún cuando la raíz de los Estados Unidos de América, es un mezcolanza, igual, es la amalgama de razas más grande del mundo. Eastwood quiso representar la cerrazón del puritanimo americano cuando cambiaron en una escena, una carpa por otra hecha de banderas de los Estados Unidos.
Por esos años, Eastwood emprende un camino que le lleva por títulos más comerciales, que buenas películas en si. A principios de los ochenta, aún andaba por ahí Pauline Kael dando estopa cuanta podía, cierto es que se convirtió en una de las más férreas detractoras del cineasta. Y la verdad, la naturaleza de las películas en las que participaba, más que sumar en su favor, animaban la pluma de la periodista.



Eastwood ya era una estrella interpretativa y llenaba los cines, lo que le faltaba era despegar más en su faceta de director, pero como siempre la libertad en los estudios hay que pagarla, si bien no con dinero, con prestigio y buen hacer. El director se limitó a salir en productos que prometían taquilla, bien para contentar a los estudios y a los productores, y de paso embolsar dinero para producciones más personales. (“Firefox”, “El aventurero de medianoche”, “Impacto súbito” (Otra de la saga Harry Callaham), “El jinete pálido”, “El sargento de hierro”) Como comprobaréis, menos alguna contada excepción son todos títulos más bien menores en su carrera, pero por el contrario, grándes éxitos comerciales.
Llegamos a 1988, año en el que ya podemos decir que despega de forma estelar la carrera del cineasta, pues consigue aunar crítica y público con un proyecto muy personal, la vida de su amigo Charlie Parker “Bird”. Esta es la muestra de un biopic atípico, no muestra la recurrente línea argumental de ascenso a la fama y caida a los infiernos, más bien, mediante la aplicación atemporal que da Eastwood, todo se mezcla en un conjunto de momentos dulces y amargos, casi sin separación entre ellos, como si el fracaso estuviera implicito en la gloria y viceversa.
Como actor, en estos años no brilló tanto pues siguió participando en películas que estéticamente no lograron un estándar merecedor de Eastwood. “La lista negra”, última entrega de Callaham, más bien para olvidar, pues la rabia y la pasión de Harry se estaba consumiendo con el hastío de los años. “El cadillac rosa”, “En la línea de fuego”, “El principiante”. Habría que destacar “Cazador blanco, corazón negro”, en la que interpreta y dirige una especie de biopic no reconocido de John Houston. La verdad que no estaba reconocido por las excentricidades del John, que lógicamente no iba a reconocer. La historia trata de las aficiones enfermizas que rodean en África al director cuando se encuentra grabando la película “La reina de África”, sobre todo la caza de elefantes y rinocerontes. Hoy en día sería una práctica repudiada por la mayoría, pero en el hollywood clásico todo este tipo de actividades exóticas y piezas de caza era común.

REALIZADOR DE CULTO.

Llegamos a 1992, año culmen en la carrera del cineasta, pues estrenaba “Sin Perdón”, western crepuscular que le valió el premio de la academia.



Su extraña búsqueda de la violencia tiene su sentido y su contexto. La violencia es inherente a la sociedad americana, no es por meterme con ningún norteamericano… su historia se escribe a sangre y fuego, desde arrebatar o litigar tierras a naciones europeas hasta su conocida expansión por el Oeste americano, a base de violencia y caza de los pueblos indios. Siguiendo con la guerra de secesión. Está clara la influencia de Sergio Leone en Eastwood. Sergio quería hacer una trilogía, contando la violencia que ha envuelto la historia de Norteamérica. Empezó por “Hasta que llegó su hora” en la que expuso la temática del salvaje Oeste, a la que le siguió “Érase una vez América” que versaba en la violencia que ejercían los gangsters. No pudo completar su trilogía, porque falleció. Eastwood será el aprendiz de esta gran doctrina, que pocos directores en Norteamérica se planteaban exponer. Nadie expondría la brutalidad de Hackman como Scheriff y esa sed de venganza del personaje de Eastwood, digo desde el punto de vista de vendeta, no de justicia armónica. Eastwood desea vengarse, pero no sólo por saciar su sed de justicia, si no que en el proceso experimenta un goce con ello, lo que llega a cargar al personaje con una carga de sadismo que en ninguna otra película del género anteriorment se había visto.
Quizás, otro director que representaba esa vena anti-maniqueo del western era Kevin Costner, que curiosamente había ganado el premio de la academia el año anterior por “Bailando con lobos”, también otro western crepuscular. Otro dato más curioso aún es que los dos directores coincidieron al año siguiente a las órdenes de Eastwood, Costner actuó en “Un mundo perfecto”.



Otro modelo interesante de interpretar la violencia en un mundo que creemos perfecto, un mundo en que creemos realizarnos, que anelamos, que sufrimos, esperamos, amamos. Un mundo de cuentas pendientes, de familias rotas, de criminales sin infancia y niños sin padres, de hombres que buscan su última fuga y niños que anhelan su primera aventura, que buscan un padre aunque sea un convicto acusado de asesinato. Si bien el flashback nos sugiere que es fútil buscar este mundo perfecto, nos intenta explicar que la violencia se presenta inexorable en nuestra vida, no cabe más que aceptarla y seguir caminando, porque cuando nos revelamos ante esa violencia, en un mundo perfecto en teoría, cuando nos redimimos, obtenemos el pago de Costner, la violencia. Es la realidad que subyace, no podemos escapar. Costner era un criminal, en el mundo de los demás. Su mundo, en el que era redimido como padre y como hijo, no era más que el verdadero paréntesis entre violencia y violencia, un mundo aparte, un mundo perfecto.
En 1995 Eastwood realiza una película atípica en él, de género romántico, “Los puentes de Madison”, no nos equivoquemos, es 100% Clint Eastwood, pero en ella se hace metáforas de sus temas más profundos. Establece un paralelismo entre él y como él Meryll Streep, y otra de las señoras que es vilipendiada por el pueblo mediante chismorreos, de tal manera que los criterios de la mayoría se convierten en un mal que hay que extirpar, que a la gente hay que juzgarla en todo su valor, no en sus defectos. Digamos que es un pequeño regalito para Pauline Kael.



La violencia es un tema que sigue persistiendo, la violencia que crean los perjuicios, que nos envilecen, o nos acobardan para dar razón de nuestro verdadero amor. De nuevo hace esa diferenciación de un mundo perfecto más íntimo, más en el subconsciente de los protagonista, porque como se ve, en el consciente si que tienen en cuenta los mismos perjuicios que el resto del mundo. Creo que con esta película se congració completamente con el público, pues daba a entender que era un verdadero orfebre, no necesitaba escenificar todos esos recursos de los que le acusaban, además en los últimos años se Viene apreciando en él, en la faceta de actor, su mejoría, su presencia y su manera tan orgánica de actuar, sin florituras ni adornos estúpidos, siempre en su medida justa.
Diez años después de “Sin perdón”, llega “Mystic River” con la que forma un trilogía con “Un mundo perfecto”, pero esta “Mystic River”, es más oscura si cabe, pues la violencia es implacable, se ceba en los amigos de la infancia. Uno de ellos, Dave, es violado por un hombre vestido de policía. A otro le asesinan a la hija y todos los indicios nos llevan a que Dave la mató, pero no. Sean Penn mata a Tim Robbins y comete doble injusticia.



Million Dollar Baby, que ganó cuatro estatuillas, no pasó por ser la película más espectacular del 2oo4, pero la sobriedad con la que fue dirigida, y el tratamiento redentor que aplicó a sus tres personajes, sin ser maniquista y presentando una realidad dura. Porque al final, aunque el violento destino se cerniese sobre esta mujer, había vivido amando y haciendo lo que quería.
Luego vendría  “Banderas de nuestros padres” y “Cartas desde Iwo jima”, vista la desesperanza de la segunda guerra mundial, tanto por parte de los norteamericanos como los Nipones. La violencia es algo que nos exhorta, que nos mueve desde afuera, nos fuerza a hacer cosas o haciones que no nos gusta. Así, los soldados norteamericanos sienten la violencia de suplantar a sus malogrados compañeros para poner en funcionamiento la maquinaria propagandística y política de Estados Unidos. En Cartas desde Iwo Jima, deja entrever la alienación de la violencia como agente externo, pero dota a los personajes de la libertad necesaria para que en determinados momento sean libres para elegir entre ejercerla o no. Es decir, el honor exigia a los soldados que a pesar de quedar aislados sin refuerzos, pereciesen defendiendo la isla. El general Kuribayashi, en un último acto salva al soldado Saigo, como símbolo de derrota de la violencia.


Hasta aquí llego, porque “Gran Torino”, “El intercambio”, “Invictus” son películas con muy poco recorrido aún y hay que dejarlas asentar. Para los fans de Clint Eastwood, os voy a dar un dato, sobre su próxima pelícual “Hereafter”,(está en producción en este 2010  y aún está  pendiente de título en español, apuntádlo en la agenda todos aquellos fans de Eastwood, según mis fuentes será estrenada en Estados Unidos a finales del mes que viene y en España tendremos que esperar hasta enero del 2011).
Versará de tres personas que han tenido que ver con la muerte, un en un Tsunami, otra una drogodependiente que pierde a un hijo y el último será un medium.


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