Hace mucho tiempo, en una galaxia lejana, muy lejana… hubo una producción que cambió el cine para siempre, abrió la veda de la temática espacial, y nos ha hecho descubrir las posibilidades de los efectos especiales. Hay un dato que parece mentira, pero la verdad es que cuando digo que abrió camino en la temática espacial, no digo que fuese la primera de ese género, pero fue la película que catapultó al género como solución comercial rentable. Mucho antes habían triunfado Star Trek en televisión, pero tampoco había tenido respaldo en la gran pantalla, con lo cual se puede afirmar, que el éxito que consiguió la Fox con “Star Wars” lo quiso imitar Paramount Pictures con un producto que tenía en cartera desde el año 66, se trataba de Star Trek. Es inevitable el afirmar que sin Star Wars, Star Trek sería una franquicia olvidada, pero la cinta de Lucas relanzó la franquicia de Star Trek en el cine. Del mismo modo, también es justo decir, que Star Trek, dejó un legado aprovechado posteriormente por George Lucas y demás artistas.
Su estreno en el año 1977, provocó todo un boom en la mercadotecnia hollywoodiense, prácticamente se puede afirmar que hasta aquel momento, el merchandaising era algo que no iba en serio, sobre todo en lo que se refiere a promoción fílmica. Lucas y esta cinta dieron buena cuenta de todos los millones recaudados por muñecos y demás accesorios. Rompió con todas las taquillas y estableció records que incluso con la inflación se tardó mucho tiempo en superar.
Para hablar de los cimientos de La guerra de las galaxias, hay que remontarse hasta el cine de Kurosawa, más que nada para reconocer la mano indirecta del maestro japonés en la cinta. George Lucas, como Spielberg, Scorsese y demás genios del mejor cine de estos últimos cincuenta años beben de la mano de Akira Kurosawa. La admiración que tenían por él, los lleva en los ochenta, a producir la película “Los sueños de Kurosawa”, una de las pocas producciones en color del genio nipón. Star Wars se “inspira” en un filme japonés, “La fortaleza escondida”, que Akira Kurosawa dirigió en 1958. Ambientada en el Japón feudal del siglo XVI, cuenta la historia de un samurái (interpretado por Toshiro Mifune) que debe liberar a una princesa en una fortaleza de caracter desconocido, como puede ser la estrella de la muerte, escoltarla hasta casa por un camino lleno de trampas, ayudado por dos carambainas, que están siempre peleandose y malmetiendose. El aporte de estos dos personajes es el de quitarle un poco de carga y aliviar con algo de comicidad la trama. No me diréis que no se advierte un parecido con los androides, incluso los caracteres samurais ayudan a construir el personaje de Obi-Wan Kenobi, es más, toda la filosofía oriental de los Samurais, las artes marciales, las luchas a espada conforman lo que puede ser la filosofía de los Jedis.
Los comienzos fueron difíciles, el primer borrador del proyecto que presentó Lucas a la Universal studios, no aparecía ni la mitad de cosas que al final resultaron cruciales, pero él estaba convencido que se lo aceptarían después del éxito de “Américan graffitti”. En el borrador primigenio, Luke Skywalker, no era un imberbe héroe si no que era un general maduro con cierto aspecto a samurai. No había rastro de Darth Vader, no había ninguna princesa con ensaimada ni nada por el estilo, los androides brillaban por su ausencia.
De todos modos le rechazarían el proyecto por miedo a adentrarse en otro proyecto de temática espacial sobre ciencia ficción. “Odisea en el espacio 2001” había sido un fracaso en taquilla, y las otras compañías habían tomado buena nota. Fijaos, las que en otros tiempos se consideraban apuestas perdedoras, hoy son clásicos del cine.
Bueno, ahora empieza la historia que más me gusta, aquella en que se demuestra que cabezones y cazurros los hay en todos los sitios, (en el cine más) y que proyectos geniales sólo ven la luz cuando tienen una pizca de suerte y apoyo.
Lucas, convencido de las posibilidades de su proyecto, no ceja en el empeño y contrata a un dibujante para que realice unos bocetos que acompañarán al esbozo del guión, esta vez un poco más elaborado. El fin, era hacer más vistoso y novedoso el trabajo con el dibujo de los futuros o posibles decorados. Esta vez la fortuna, o la fuerza, ¿quién sabe? Lo guió hasta la Twenty century Fox, es más como si tal caballero jedi, lavara el cerebro de sus operarios y llegase hasta el despacho de Allan Ladd Jr. (Jefe del departamento creativo de la Fox) Sin que sufriera ninguna criba.
Allan Ladd, exploró las posibilidades del film sin ningún perjuicio, y dio el visto bueno a Lucas, hasta lo defendió ante la junta de dirección de la compañía en el largo proceso que se empleó en la película. Es más, le consiguió un presupuesto estratosférico que superaba los ocho millones de dólares. Para tratarse de un director novel, directamente era una burrada. No sabían los directivos que treinta y dos años después, “Ávatar”, también producida por la misma compañía, costaría la friolera de unos seiscientos veinticinco millones de dólares.
En esos momentos, Ladd, tampoco había leído el guión definitivo, y no veáis la cara de Lucas cuando le tuvo que explicar que en ella aparecería un perro de dos metros, que andaba a dos patas, y además era capaz de pilotar una nave estelar.
George Lucas se las vió y se las deseó para el guión. Escribió y reescribió mil veces el guión. Han Solo, que en el primer guión no estaba, pasó en guiones sucesivos a ser uno de los malos, para acabar siendo un héroe romántico. Como veis, no todo es lo que parece. El mito del samurai, no estaba presente tampoco al principio, pero luego aparece por partida doble, porque se escenifica en el maestro y en el aprendiz, de hecho Luke, comienza en la primera entrega de la saga, a encaminarse por el camino del samurai, es decir regirse por le código del “Bushido”, sus máximas se encarnarán en el personaje de Luke Skywalker (honradez y justicia, valor heroico, compasión, cortesía, honor, sinceridad absoluta, deber y lealtad).
De la reescritura del guión, siempre sacaba a la luz cosas nuevas, y ya tenía material para unas 200 páginas, cuando un guión estándar de cine de dos horas, ronda las 120 páginas. A medida que iba escribiendo, caía en la cuanta de que lo que en realidad tenía entre manos era una trilogía. Como si de un actor del método hablásemos, fue reconstruyendo la historia y pasado personal de todos los personajes, y lo que podrían ser sus relaciones y conexiones interpersonales. Aquí deslumbró la posibilidad de hacer una trilogía anterior en el tiempo. Ya en esta época tenía una jugarreta preparada para la segunda parte, “El imperio contraataca”, porque al tener claro que Darth Vader era el padre de Luke Skywalker, preparó una treta en el la postproducción. El kit de la cuestión está en que la voz de Darth Vader es la de James earl Jones, pero el actor que interpreta al hombre detrás del casco negro es David Prowse, el cual se enfadó en el estreno de la película cuando descubrió que su voz había sido doblada. El caso es que en la segunda película, en la escena dicen otras frases, y después en postproducción se dobla la frase incendiaria de “Luke, yo soy tu padre”, desconcertando así, a los propios actores, y gente del Studio, que no sabía nada, de hecho Lucas desarrolló paralelamente la historia de un padre con el cual Luke se comunicaba a través de la fuerza, con lo que daba verosimilitud al texto que se decía en escenas posteriores y al diálogo que mantiene con Yoda anteriormente en el planeta Dagobá. Mark Hamil se enteró de esto como mucha otra gente el día del estreno. Todos se quedaron de piedra, pero la historia ganaba muchos quilates.
Lo que está claro es que el trabajo de guión fue muy laborioso, porque sin pretenderlo, Lucas, preparando una película se encontró con seis. También por eso, el proceso de elaboración de la película desde que la Fox le da el visto bueno, hasta que se procede a la grabación, es muy largo, cuatro años.
Con el guión hecho, comenzó el proceso de casting, que George Lucas aprovecho para reducir costes uniéndolo al que hacía su amigo Brian de Palma en “Carrie”. Los directores colaboraron uno con otro en ese casting cruzado, tanto es así, que actores que hacían prueba para una de las películas, acababan consiguiendo papeles en la otra, como es el caso de Sissy Spacek, que hizo la prueba para princesa Leia, y acabó llevándose el protagonista de Carrie, papel que la catapultó al estrellato. Lucas quería una joven de la edad de Mark Hamil, que denotase dulcura y al mismo tiempo pudiese armarse de valor y sacar las uñas cuando fuese necesario, era la líder de un grupo rebelde. Eligió al final, a Carrie Fisher, hija de la actriz Debby Reinolds (Cantando bajo la lluvia). Lo que poca gente sabe, es que otra de las actrices que estaba en la recámara y que hizo el casting, pero se descartó por ser demasiado joven, era Jodie Foster, que en ese momento contaba con trece años y acababa de estrenar “Taxi Driver”. De todas formas, quedó de suplente por si Carrie Fisher no daba la talla, era la segunda película que hacía. En cambio, Foster aún siendo muy jovencita, había dado muestras de una calidad interpretativa descomunal.
La gran sorpresa fue le papel de Han Solo, que tardó en adjudicarse, porque era un tema peliagudo, muchísimos actores pasaron por los castings, como el caso de Burt Reinolds, muy conocido por sus personajes cínicos y chabacanos, el problema es que acabó rechazando el papel, incluso Tom Selleck pudo conseguirlo pero le aconsejaron desde su círculo, que no era conveniente arriesgarse en ese tipo de historias, Tom Selleck aún debe de estar llorando hoy en día, menos mal que le dieron un Ferrari para mitigar sus penas. Mientras no contrataban al actor de Han Solo, pidieron a Harrison Ford, un actor que empezaba y al que Lucas le había dado un papelillo en American Graffiti, que diera las réplicas a Mark Hamil y Carrie Fisher. La sorpresa es cuando descubren que la acidez de Ford es la perfecta para el papel. Lo contratan y muy barato, otro gallo cantaría en la secuela, por eso en el guión nunca queda claro si se queda o se va en esa relación amor odio con la princesa Leia. Estaba todo supeditado a la firma del actor, pero el éxito de la primera película hizo reflexionar a Ford y firmó por dos más.
Para el papel de Obi-Wan, Lucas había pensado en Toshiro Mifune, actor protagonista de la Fortaleza escondida, pero al final prefirió a una figura más conocida en occidente. Y consiguió los servicios de una leyenda, Sir Alec Guinnes, ganador del Oscar por “El puente sobre el río kwai”. Todo un caballero inglés. También consiguió los servicios de Peter Cushing, actor legendario de la Hamer, para el papel del gobernador Tarkin. Por cierto, hay una anécdota muy famosa de Peter Cushing, y es que le qudaban apretadas las botas y pidió a Lucas que so grabaran por encima de la cintura, sin planos generales, con lo que el resto de escenas las interpretó en zapatillas. Luego los demás personajes, los eligió por físico ya que Anthony Daniela, haría de C3po, David Prowse, haría de Darth Vader, Peter Mayhew haría de Chewbacca, que por cierto, fue diseñado a partir del perro de Lucas, y Kenny Baker, de R2D2. Todos estos últimos, están detrás de un traje, con lo cual eran contratados por físico o habilidad, por ejemplo el caso de Darth Vader, era claro que con un culturista debajo de ese traje, impone un respeto.
Con todo el reparto y la la pre-producción completada, el equipo se traslada a Túnez, es allí donde se graban las escenas del desierto. El ambiente era terrible y el tiempo no acompañaba, de hecho, sin ir más lejos, el primer día de rodaje se produce una tormenta de arena que le manda todos los decorados a tomar viento.
Al día siguiente, hacía 40 grados a la sombra y se tenía que grabar la escena de R2D2 vagando por el desierto, pero el maldito dispositivo eléctrico del muñeco no funcionaba a la de tres, y decidieron impulsarlo con un hilo de nylon invisible con un Kenny Baker asándose de calor dentro del muñeco haciendo que se moviese manualmente. Los días eran asfixiantes y hubo varios desmayos, incluso, el traje de C3po se tuvo que hacer de nuevo, porque se hizo de unas medidas tan diminutas que ni siquiera entraba en el Anthony Daniels, que es un tirillas.
En Inglaterra, y en unos studios con ambiente controlado, el rodaje seguía descontrolado, para empezar, Lucas se creó mala fama entre el grupo de profesionales británicos, en efecto, Lucas con sus botas camperas, sus vaqueros y sus camisas a rayas, era un cante permanente, era como llegar a Inglaterra y decir: sí, soy americano, ¿qué pasa? También se canjeó mal ambiente entre el grupo de actores, porque era un novato en lo que se refiere a dirección de actores, eso te lo da la experiencia y el ritmo de los mismos actores, no la universidad de cine de UCLA. La relación se deteriora porque Lucas no es capaz de comprender que los actores no pueden asimilar al momento ese texto sin contexto, sin imaginarse los efectos, no podían imaginarse la épica de lo que estaban grabando, con lo cual las actuaciones no eran acordes. La impaciencia del director que era consciente de todo esto exasperaba a los actores, que no entendían ciertos toques dramáticos de la película, más bien, pensaban que se trataba de una película infantiloide.
Esa sensación de película infantil le entró cuando al otro lado del charco, los directivos de la Fox vieron el material grabado, pidieron responsabilidades a Allan Ladd, y este intentó justificarse y plantear la idea que sin efectos especiales no podían entenderse las tomas en su totalidad. Pero los directivos no estaban por la labor de que un director principiante se salga del presupuesto, cuando ese presupuesto es de más de ocho millones de dólares, y aun por encima lo que ha filmado no tiene a su parecer, ni pies ni cabezas. La resolución de la compañía fue darle un ultimátum a Lucas y recortar el presupuesto en lo que quedaba de producción. Lucas aceleró el ritmo de rodaje, e iba de un set para otro a ritmo de rayo. Las últimas escenas rodadas, casi eran meras improvisaciones, y si el material tenía algún defecto para el montaje, se lo tenía que comer con patatas. La fecha del estreno estaba ya fijada, y aun que Lucas trabajó arduamente en la post-producción junto con su mujer, que era montadora, no alcanzó a entregarla en fecha con lo cual se tuvo que posponer el estreno hasta finales del año 76, a esas alturas la confianza depositada en Lucas era nula y en el proyecto también. El golpe mortal aún estaba por llegar, y es que la compañía fundada por el, la ILM (Industrial Light and Magic), de los más de trescientos efectos que le había encargado no tenía ni el 10% de ellos realizado, y además, no eran de la calidad esperada. La noticia era desoladora, había que retrasar el estreno hasta el 77, y una inversión de millones tirada al traste, además el metraje sin efectos no servía para nada, y de aquella la única empresa capaz de hacer los efectos de aeromodelismo era la ILM. Lucas se tuvo que poner al frente de las operaciones y a un ritmo de 14 horas diarias, hicieron en seis meses todo el trabajo, pero a Lucas le costó una angina de pecho y un amago de infarto.
Al mimo tiempo se montan también los efectos de sonido, que son muy especiales en esta cinta, por ejemplo, el sonido de respiración de Darth Vader, tantas veces imitado hoy por los fans, se consiguió metiendo un micro en una bombona de buceo. Para R2D2 se utilizaron gemidos de bebes, pero que eran imitaciones. Las espadas laser, chocaban cables de una torre de alta tensión.
Por suerte, aunque Lucas aún no lo sabía, la fortuna estaba cambiando de lado, y para la banda sonora no tenía ni puñetera idea de lo que iba a hacer, se dejó aconsejar por uno de los amigos con los que había intimado en la American Zoetrope, se trata de Steven Spielberg, que ya había empezado su trabajo de colaboración con Williams en “JAWS”, y que recomendó a Lucas encarecidamente, por suerte, Lucas le dio unas indicaciones generales de lo que quería, una historia con tintes épicos, y Williams le dijo que no se preocupara y que dejase todo en sus manos. Lucas, después de todo lo que había pasado, ya temblaba, pero por suerte, cuando la oyó tiempo después no se podía creer lo bien que había quedado. Era un puntazo que revalorizaría la película. Con lo cual ya está todo preparado y listo para dar el pistoletazo de salida, y además, como la inversión ya estaba gastada no tenía nada que perder la Fox. Lucas empezó una campaña de divulgación entre los fans de la ciencia ficción que caló hondo y todos esperaban esta película, pero más allá de eso, todos los datos parecían indicar que sería un desastre, como mucho serviría para recuperar la mitad de los costes de producción.
. La verdad es que los tremendos efectos especiales para la época calaron fondo entre esos círculos que se fueron ampliando entre familiares y amigos, y a la noche del primer día de exhibición, ya había recaudado lo invertido. En los días posteriores, la afluencia de público al cine fue masiva. Y… al mes, esta película ya era una leyenda. No en vano, hoy en día está considerada patrimonio fílmico de la humanidad.
En otro orden de cosas, ¿Os acordáis cuando os dije que hasta entonces lo del marketing, en hollywood no se lo tomaban en serio?, tanto es así, que el sueldo que percibía Lucas por la labor de director, era irrisorio, pero el muy cabrito, firmó un contrato en el que Fox le cedía todos los derechos de explotación del marketing y un 40% de beneficios netos. Lucas intuía el éxito de la película, no le llaman “El rey Midas del cine” por nada.
2 comentarios:
Hola que buen post. :)
Te invito a visitar mi blog.
zz-producciones.blogspot.com
¡¡¡Qué gran post de Star Wars, compañero!!! Muy bien. Mi más sincera enhorabuena. Te dejo la entrada que le hice yo a la película en mi blog por si quieres echar un vistazo.
http://horrorelhorror.blogspot.com.es/2012/02/la-guerra-de-las-galaxias-star-wars.html
Un saludo!!!
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