"Típica película de Scorsese: larga, densa, de esmero plástico y, narrativamente, dura y profunda. Los personajes están soberbiamente interpretados por Liotta, De Niro y Pesci. Muy buena" (Francisco Marinero: Diario El Mundo)
Nunca he oido una declaración de intenciones tan descarada como la que Scorsese nos ha hecho en esta ocasión.
Ray Liotta : “Que yo recuerde, desde que tengo uso de razón, quise ser un gángster”. Y todo esto después de haber, disparado y acuchillado a un hombre en el maletero de su coche, junto a otros dos energúmenos como él.
En las primeras escenas se gesta el pacto que va a establecer el director con el público de la sala. Habremos de acompañarle en un viaje cómplice, donde nos vamos a encontrar con una amalgama de situaciones y personajes límite, antihéroes fuera de la ley. Es la desmitificación del gángster clásico y la familia organizada. Aquí cada cual va a su bola sin importarle la amistad, el parentesco o demás cuentos chinos que sirven para ablandar el corazón. Si te toca ir a prisión, no pasa nada, eres el rey de la penitenciaría. Únicamente tienes que tener en cuenta una cosa, no irte de la lengua.
Quizás nos conquista y apasiona ese mundo como consigue con el protagonista, el imberbe Henry Hill, que tras ese mundo de juego, poder, trajes y relojes lujosos, cae en la trampa de creerse el más listo de todos los chicos listos. ¿Quién como él a su edad no caería en la tentación?, aún hoy, sabemos que son unos sinvergüenzas y nos caen bien de todas formas.
Es un mundillo que conoce Martin Scorsese, no en vano se crió en “Little Italy”, vamos, que creció en el medio de la pomada. No tomó su vida otro derrotero, porque estuvo muy enfermo durante una larga temporada. En la cama, postrado, cimentó su vena cinéfila y al final se convirtió en uno de los mejores directores del último medio siglo.
Como ya suele ser habitual en la filmografía de Scorsese, nos cuenta una historia de ascenso y posterior caida. Adaptado de la novela de Nicholas Pileggi, quien le ayudó con el trabajo de guión, pues la verdad es que la estructura narrativa a la que nos quería llevar Scorsese, tiene mucha componente narrativa y de novela. La voz en off, nos va conduciendo por las sinuosas curvas de esta película, sirve de contrapunto a esos momentos de excesiva violencia o descontrolado carácter de alguno de sus personajes. Joe Pesci, hace ya su célebre aportación de gangster cabreado, actuación que le vale el Oscar de la academia, que volvería a repetir en “Casino” junto a Scorsese y de Niro. Si cabe, en esta película está más contenido y comedido. Su actuación es más natural y por lo tanto gana más la película. Prefiero “Uno de los nuestros” a “Casino”, porque las dos hablando de lo mismo y quizás, con un carácter y un espíritu gamberro, Uno de los nuestros es más natural, más creíble, más orgánica, mientras que Casino es una película basada en el desenfreno, de hecho tiene un ritmo y un lenguaje en el que te sientes como en una montaña rusa.
De Niro, no siendo un gran papel el de Uno de los nuestros, hace una interpretación curiosamente inquietante, porque sabes que es un asesino y de los peores, todos cuentan historias alrededor de él, pero él aparece afable, como un padre protector, alguien sobrio de quien aprender el oficio. En todo momento la aptitud de Robert de Niro es misteriosa, porque hiela la sangre. Un hombre del que sabes que es capaz de lo peor, pero para matarte, antes te seducirá con un caramelo, y no sabes nunca cuando atacará.
No es por confesar que De Niro es para mí, como lo fue para Scorsese, un actor fetiche. De hecho, la gran oportunidad perdida de esta película fue la de no aprovechar a Robert De Niro de protagonista. Vosotros aduciréis que lo digo porque me gusta, pero la realidad es más simple. Scorsese quería a De Niro para protagonista, pero el actor respondió con una negativa. Explicaba que ya había participado en “El padrino”, “Erase una vez América”, en “Los intocables” hizo de Al Capone, y el parecer de Robert, era contrario a realizar en tan poco espacio de tiempo otro papel relacionado, pues el miedo al encasillamiento estaba latente. Además, uno de los fuertes del actor y en parte, lo que le catapultó a la fama, fue esa capacidad de camuflarse en infinidad de personajes variados. Esto supuso un problema para el director ya que tenía todo listo y no se esperaba que el actor que participó tantas veces con él y que además era amigo íntimo, rechazaría el papel sin siquiera leerlo. Bueno, hay que entender que Scorsese se creyó que De Niro había leido el guión, por desgracia no fue así. Podemos achacarlo todo a la desgracia, porque Scorsese conocía muy bien a De Niro y sabía que no era de esos que no se tomaban su trabajo en broma. Sabía además que Bob, diminutivo con el que se conoce a De Niro, era uno de esos actores que si el papel era interesante haría lo que fuese, removería cielo y tierra para conseguirlo, con lo cual encagó sin hurgar más, la escusa del encasillamiento era comprensible, con lo que tenía que buscar a otro protagonista. Encontró a Ray Liotta y comenzó el rodaje. Fijáos como son las cosas, que en esto, De Niro lee el papel e inmediatamente llama a su viejo amigo diciendole que aunque sea un papel de mafioso, el personaje es de primera, tiene muchas posibilidades y el guión es buenísimo. La pena es que Scorsese le tuvo que denegar la petición pues ya había protagonista, así es la historia de cómo De Niro terminó en la película haciendo el papel de Jimmy Conway.
Si tan sólo una pizca más de fortuna y menos de estupidez bastara para cambiar el destino de una película, esta fue la ocasión perdida de hacer una obra maestra indiscutible. No es por desmerecer el trabajo de Liotta, que es un actor muy correcto, pero solo eso. Creo que su aportación a la película es salientable, aunque para que nos vamos a equivocar, todos estaríamos babeando si hechásemos la mirada atrás, 20 años y viesemos a De Niro en el papel de Henry Hill.
Imaginad, que aun así, esta película está considerada como una de las tres mejores películas de la historia del género Mafioso.
Lo mejor de la película y su guión es que está no sólo ambientada en el mundo de la mafia y luego se desarrolla como una historia paralela, si no que el golpe de la Lufthansa fue real. La policía y el FBI, aun hoy no han dado con los responsables del golpe, pues las investigaciones que seguían, cuando se acercaban peligrosamente a alguien, este acababa muerto, con lo que saben que utilizaron un chivaton en la Lufthansa, incluso saben milimétricamente como se produjo el robo, pero no tienen idea de quien fue.
El mafioso al que encarnaba Joe Pesci, Tommy Desimone, asesinó al chaval que le servía las copas tal cual como aparece en la película, relatado por el verdadero Henrry Hill, del que la película cuenta su vida. Y es que, además, no es necesario inventar mucho, pues la vida de Henrry era tal cual. El guión de Nicholas Pileggi y Scorsese es fiel a la vida. Sólo se tomaron algunas licencias en escenas, como la de Pesci, en la que advierte a Liotta, para que lo tome en serio, por otra parte una de las escenas más logradas de la película y paradójicamente dirigida casi en su totalidad por el actor Joe Pesci.”¿Por qué cojones dices que soy gracioso?, acaso ¿tengo cara de gracioso?”
Esta es la escena
La rumorología estos días, anda divulgando que se pretende hacer por parte de la HBO, una serie basada en la película, y en la que podrían estar involucrados Nicholas Pileggi, escribiendo algunos guiones y Scorsese produciendo y dirigiendo el capítulo piloto.
Como anécdota comentar, hablando de series, que David Chase, el creador de 'los Sopranos', nunca escondió su fascinación por la película de Martin Scorsese. Hasta el punto que le había propuesto el papel de Tony Soprano a Ray Liotta, que se negó y fue contratado James Gandolfini para el papel.
Yo tampoco lo puedo negar, esta película inspira mucho, el director Frank Darabont visionó cada domingo durante el tiempo que duró el rodaje la película "Uno de los nuestros" de Martin Scorsese, para inspirarse en los diálogos de la narración en off y plasmar en la pantalla el paso del tiempo. La estructura y el montaje del guión trabajado con improvisaciones por parte de los actores y director es escepcional, hay que felicitar a Thelma Schoonmaker, montadora y habitual colaboradora de Scorsese.
Hablaría horas y horas de esta película, sólo diría para acabar, que los que no la habéis visto, que por desgracia aún hay gente por ahí, teneis que verla, y los que ya la han visto, recomendar su nuevo visionado para regocijarse en esta obra de arte.
El verdadero Henrry Hill
Os dejo aquí una muestra del guión:
“Para nosotros vivir de otra manera era impensable, la gente honrada que se mataba en trabajos de mierda por unos sueldos de miseria que iba a trabajar en metro cada día y pagaba sus facturas estaba muerta, eran unos gilipollas no tenían agallas. Si nosotros queríamos algo lo cogíamos y si alguien se quejaba dos veces le dábamos tal paliza que jamás volvía a quejarse, era una simple rutina que ni siquiera lo pensábamos”
“Si formas parte de un grupo, nadie te dice que van a matarte. No hay ni peleas, ni insultos como en las películas. Los asesinos llegan con una sonrisa”.
“Jimmy era de esa clase de hombres que en las películas siempre están del lado de los malos”.
“Entre nosotros siempre nos llamábamos buenos compadres, como cuando dices a alguien verás como te cae bien, es un buen compadre, uno de los nuestros”.
- Mi hija me ha comentado que es usted medio judío.
- Es mi mejor mitad.
“Para mi ser gangster era muchísimo mejor que ser presidente de los Estados Unidos”.
“Sé que hay mujeres, por ejemplo mis mejores amigas, que habrían dejado a su novio en el momento que les hubiera dado un revólver. Pero yo no. Si he de decir la verdad, hasta me puso cachonda”.
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